“Lamentablemente las lluvias se vinieron muy fuertes y asustaron a los obreros, más que todo”, reveló Teófilo Córdova, presidente de la Asociación Sumpul, y añadiío que la tierra se había socavado unos seis metros apróximadamente. “Entonces decidieron suspender y lo han pospuesto para febrero y marzo del próximo año 2024, mas o menos así ha quedado, el acta la vamos a tener el domingo”, aseguró este jueves en una conferencia de prensa brindada en Chalatenango, previo a la conmemoración del 43 aniversario de la matanza.
Los trabajos de la exhumación iniciaron el pasado 24 de abril, en la zona conocida como Plan de Las Haradas, caserío Las Aradas, del cantón Yurique, en Ojos de Agua, Chalatenango, en un pozo de la zona, donde testigos relataron que depositaron los huesos de las víctimas de la masacre, meses después de ocurrido el crimen.
Este jueves, los sobrevivientes de la masacre aseguraron que han tenido un avance mínimo en el proceso penal, para muestra, las exhumaciones.
La matanza ocurrió entre el 13 y 14 de mayo de 1980, cuando aproximadamente 300 persnas de Las Aradas fueron brutalmente asesinadas por efectivos del destacamento militar número 1, de la Fuerza Armada de El Salvador, por miembros de la Guardaia Nacional y de la paramilitar Organización Nacional Democrática (ORDEN).
En 2021, en otro pozo de Concepción Quezaltepeque, en Chalatenango, encontraron a las primeras seis víctimas de la masacre de El Sumpul que fueron identificadas y entregadas el año pasado a sus familiares.
La Comisión también indica que la masacre fue posible porque las Fuerzas Armadas hondureñas impidieron el paso de los pobladores de Las Aradas que buscaban huir.
Sin embargo, se estima que al menos 600 personas perecieron a las orillas del río Sumpul, mientras buscaban huir del operativo de las fuerzas salvadoreñas.
Este jueves, uno de los sobrevivientes explicó a la prensa que en Las Aradas habían personas de diferentes comunidades, en ese momento, quienes por la represión militar que se vivía era imposible vivir en sus ciudades y se vieron obligados a irse, y cuando los operativos militares llegaban, tenían “la posibilidad” de huir a tierras hondureñas.
Otro de los sobrevivientes, identificado como Julio Rivera, identifica como responsables de la masacre del Río Sumpul al general José Guillermo García, quien era el ministro de la Defensa y miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno; también al coronel Eugenio Vides Casanova, director general de la Guardia Nacional; coronel Juan Rafael Bustillo, comandante de la Fuerza Aérea Salvadoreña; coronel Ricardo Augusto Peña Arbaiza, Comandante del Destacamento Militar Número 1 en Chalatenango; Coronel Mario Adalberto Reyes Mena, coronel de la Cuarta Brigada de Infantería de El Paraíso, Chalatenango.
Además, responsabilizan al Doceavo Batallón de Infantería de Santa Rosa de Copán, Honduras, quienes habrían impedido que los pobladores cruzaran el punto fronterizo, huyendo de los militares salvadoreños.
El año pasado, el Juzgado de Primera Instancia de Chalatenango tomó el testimonio de cuatro personas, familiares de víctimas, por primera vez.
43 años de la matanza
Este miércoles, las víctimas exigieron justicia, verdad, reparación moral y material a las puertas de la conmemoración del 43 aniversario de la matanza del Rio Sumpul.“El actual clima político es motivo de preocupación para los sobrevivientes de las masacres de la guerra ya que el presidente Nayib Bukele mantiene un discurso ambiguo ante el tema memoria histórica y justicia restaurativa: por un lado, se pronuncia públicamente a favor de las víctimas por otro califica a los Acuerdos de Paz como una farsa y se rehúsa abrir los archivos militares para esclarecer los crímenes de guerra. Recientemente la fiscalía ha comenzado a judicializar casos de crímenes de guerra con una inminente parcialización de la investigación y motivación política de fondo”, afirmaron en su comunicado.
Este fin de semana, las comunidades desarrollarán actividades culturales y el domingo habrá una misa en honor a las víctimas que aún no han sido identificadas.