Tres médicas que fueron suspendidas de sus labores por comentarios en Twitter, durante la tragedia del estadio Cuscatlán, pidieron disculpas este miércoles a la población salvadoreña y señalaron que sus publicaciones fueron sacadas de contexto.

“Espero que entiendan que a veces se cometen cosas que están bajo el estrés, la impusividad en redes personales, en ningún momento fue en una red institucional, entonces me disculpo también por el hospital, por la mala imagen que se pudo dar, esperando que nuestras labores sean reintegradas”, manifestó Angela Ferrer, quien es médico residente en el hospital Rosales.

Ferrer relató que el sábado en la noche “en un abrir y cerrar de ojos, el hospital estaba saturado” y había cinco médicos para atender a más de 20 pacientes que llegaron del estadio en el servidio de Emergencia del hospital Rosales, además de otros 20 que ya tenían.

Señaló que entre los pacientes recibidos del estadio estaba una embarazada que fue trasladada al hospital de la Mujer, al regresar del traslado empezó a recibir llamadas por el tuit “y bueno, se me había olvidado, cuando fui a ver ya era demasiado tarde”, dijo Ferrer este miércoles en una conferencia dada por el Colegio Médico.

Añadió a su relato que siguió atendiendo pacientes y luego fue notificada que debía retirarse del turno por orden del Ministerio de Salud, sin mayor explicación.

De igual forma, se disculpó la médica residente Paola García, quien labora en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). “Hace unos minutos hemos puesto nuestras declaraciones y nuestras disculpas a la población en general, que pueden haberse sentido ofendidas por un comentario que se ha sacado de contexto”.

García dijo que no puden ahondar en sus declaraciones, porque se les ha abierto un proceso, pero que sus comentarios solo expresaban su sentir.

También se disculpó la médica interna del hospital Rosales, Esmeralda Beatriz Monteagudo, quien a través de un comunicado de la Asociación de Estudiantes de Medicina “Dr. Emilio Álvarez” (Asemea) había explicado que su tuit también fue sacado de contexto y que su servicio no estaba relacionado a la atención de víctimas de la tragedia del Cuscatlán.

La noche de la tragedia del estadio Cuscatlán, tanto la directora del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, Mónica Ayala, y el ministro de Salud, Francisco Alabi, compartieron tuits de las médicas donde exponían quejas del turno; ante eso, las autoridades dijeron que ordenarían retirarlas de los hospitales e iniciarían procesos de revisión de sus becas y ante el Consejo Superior de Salud Pública para que no ejercieran más la profesión médica.

Visceral

En la misma conferencia, el presidente del Colegio Médico, Roberto Montoya, señaló que el comportamiento de las autoridades de salud en esta situación es visceral y afirmó que para él no se trata de una falta.

“Entonces la reacción esta, viceral, de retirénla, estamos acostumbrados que en los últimos años se dan órdenes así, de hígado, vicerales...pero que no necesariamente son las mejores”.
Dr. Roberto Montoya,
Presidente del Colegio Médico.


A través de un comunicado el Colegio Médico aceptó que hubo mensajes “desafortunados” que reflejan el cansancio ante la sobrecarga de trabajo de las instituciones de salud, y que las expresiones no pueden interpretarse como falta de vocación ni de compromiso de parte de las médicas.

Asimismo pidió que se respete el debido proceso, la integridad de las médicas, y de la estudiante de medicina señaladas, además, que sean reinstaladas en sus funciones a la brevedad.

Montoya afirmó que al momento, a ninguna se le ha notificado que está despedida, pero no ejercen sus funciones. Defendió que ninguna de las tres se negó a atender pacientes y pidió demostrar que existe una falta.

Este martes, el Sindicato de Médicos Trabajadores del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (Simetrisss) rechazó “cualquier acto de violencia, discriminación y abuso de autoridad”, hacia las médicas suspendidos por publicar mensajes en la plataforma de Twitter.

El sindicato pide “prevenir, sancionar y erradicar” los actos de violencia hacia los profesionales de la salud, según el convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que ya fue ratificado por el estado salvadoreño, sobre todo tratándose de mujeres, teniendo a la base, la ley especializada para una libre vida de violencia.

Asimismo, el Sindicato pide respeto y reconocimiento a la profesión médica, la cual, señala que no puede ser cuestionada sin agotar el debido proceso y señala que las sanciones deben ser proporcionales a las faltas, según los reglamentos emitidos.