Los estudios fueron realizados el pasado 30 de octubre, en el cual fueron tomadas cinco muestras de agua en puntos claves del embalse.
Los análisis determinaron la presencia de varias especies de cianobacterias con potencial toxicidad, entre ellas Pseudanabaena sp., con una concentración de hasta 41,766,000 células por mililitro en el punto 4; Raphidiopsis cf. raciborskii, con una concentración de 9,880,000 células por mililitro; Aphanizomenon sp., y Choococcus sp.
Estas cianobacterias se incluyen en una lista de microalgas nocivas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que establece 100,000 células/mL como valor normado, y niveles superior a este son capaces de producir toxinas peligrosas como microcistinas y saxitoxinas, que pueden afectar gravemente la salud del ser humano.
Para los bañistas, los altos contenidos superan los establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para aguas de uso recreacional que señala un alto nivel de peligro.
De acuerdo al Labtox, el embalse fue clasificado como en un estado eutrófico, lo que se traduce en un ambiente con altas concentraciones de nutrientes que ayudan a la proliferación de microalgas tóxicas.