Los albergados se mostraron preocupados por falta de recursos. / Diego García


Mercedes Hernández, de 57 años de edad, es una de las siete personas albergadas en el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) en Ciudad Delgado. Junto a su esposo, nietas e hija embarazada de término, narra cómo la tormenta tropical Amanda los hizo perder casi todas sus pertenencias.

Ayer por la mañana fue ella quien llamó a las autoridades para que acudieran a su rescate, pues no podían abandonar su vivienda en la comunidad El Progreso II, ubicada entre el límite de Ciudad Delgado y Cuscatancingo. “No podíamos salir porque todo se llenó de lodo”, narra sentada en una pequeña colchoneta.

Su vivienda fue cediendo de a poco. Lo que comenzó como un hundimiento del patio trasero, hace tres días terminó por inundar de lodo con las tormentas de la madrugada del lunes.

“Se hundió la casa, se mojó toda por dentro, se rajó el patio y con un palo de mango que ya está para caerse y el pasaje me quedó inhabilitado, yo no podía salir”, continúa. Toda la madrugada estuvieron incomunicados porque tampoco había luz eléctrica.

Mercedes vive en una sola casa con su esposo, Julio César, y dos hijos más. Son vecinos además de Roxana, su hija de 32 años, que está embarazada de nueve meses y vive con su propia familia. Ambas casas, de la misma parcela, quedaron destruidas por el lodo que dañó sus pertenencias, zapatos, ropa y algunos víveres que lograron juntar.

La encargada del albergue de la Colonia Villatoro, Mariela Iglesias, indicó que la alcaldía de Ciudad Delgado habilitó este centro para recibir hasta a 30 personas, para mantener medidas de distanciamiento social. Hasta el momento, los únicos albergados son de la familia Hernández, quienes reciben alimentos, agua potable y atención médica y psicológica.