Recientemente se inauguró la Copa América. En ella se invitó al Pastor Emilio Agüero Esgaib quien pronuncia las siguientes palabras, “Dios bendiga América. El mensaje de Cristo sigue vigente hoy en día. Él nos llamó a la paz, a la comprensión y al perdón. También nos dijo “cree”, porque aquel que cree, todo le es posible. Y estas palabras nos alientan a no desanimarnos, a creer en grande y creer que todo se puede". Inmediatamente comenzaron los ataques de intolerancia en contra del pastor y su familia y en consecuencia en contra del evangelio del Señor Jesucristo, debido a la radicalización de las personas.

Ante este escenario hostil y de persecución que ahora vive el pastor Agüero, varios medios de comunicación han intentado entrevistarlo, sin embargo, escribió lo siguiente: "Pido disculpas a los medios que me están queriendo hacer una nota. No lo haré por pedido de mi familia. Los ataques son intensos y cualquier palabra dicha, por más conciliadora que sea, solo generará más odio. No me avergüenzo del evangelio, es poder de Dios para salvación", expresó.

Ahora bien, el reglamento de la FIFA establece que no se deben mostrar mensajes políticos, religiosos o personales en la vestimenta de los jugadores.

Está claro que la agenda global 2030 está imponiendo directrices para cerrar todos los espacios que anulen el mensaje de reconciliación del Señor Jesucristo, por esa razón se han levantado voces no solo disidentes, sino enemigos directos del evangelio, que son guiados por aquellas organizaciones poderosas que desean borrar todo vestigio de la Biblia y del Señor Jesucristo, no obstante, estas organizaciones promueven la ideología de género, mediante el ondeo de la bandera LGTBQ+, en eventos deportivos de alto nivel o les es permitido colocar sus símbolos en instituciones publicas y ahí no vemos indignación.

Ni siquiera hay intolerancia en contra de estos símbolos que representan la nefasta ideología de género, pero no vemos a ningún cristiano evangélico ni católico, protestando en las calles o quemando estas banderas, pero sí lo hemos visto en las marchas del orgullo gay, en las que estos jóvenes embriagas del furor de la marcha han quemado Biblias, hacen sátira del cristianismo, como el caso de Sao Pablo, Toronto, Nueva York, Londres, Tel Aviv, de modo que ahora el cristianismo enfrente una de las persecuciones mas grandes como el tiempo de Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto (286-305 d.C)

Este emperador Romano, no tenia ningún gramo de simpatía ni tolerancia con el cristianismo, por ello ordenó por medio de un edicto a perseguir y a exterminar de todo el imperio a las personas que profesaban el cristianismo. El origen de la Gran Persecución tuvo lugar dentro del ejército, en concreto en la legión tebana, la cual sufrió los primeros mártires conocidos como Maximiliano de Tebesta, Marcelo de Tánger, y Fabio y Casiano, entre otros muchos. Las causas que se le atribuyeron fueron contra la disciplina militar a la hora de no rendir culto a los dioses paganos de Roma, ya que su adoración era a Jesús.

De modo que el no haber adorado a dioses paganos, por parte de los cristianos, fue lo que detonó el odio de Diocleciano por el cristianismo. No es raro que en pleno siglo XXI contribuyan las mismas circunstancias del pasado, para que las personas odien tanto el cristianismo y el mensaje de reconciliación que nos dejó el Señor Jesucristo, por esa razón miles de personas alrededor del mundo están tirando veneno en contra del valiente pastor Emilio Agüero, pero lo más insólito es que incluso personas que se denominan cristianas, han atacado el mensaje del pastor, lo cual está conectado con la envidia.

Debemos de entender que el Señor Jesucristo en su multiforme manera de actuar tiene una variedad de servidores, unos lo hacen desde una pequeña congregación en el campo, otros predican en las urbes, otros sirven desde las misiones en países pobres, existen otros predicadores que lo hacen en las calles, parqués, cárceles y hospitales, otros tienen el privilegio de predicar en la radio o en la televisión, de modo que no todas tendrán acceso a las multitudes, como el pastor Emilio Agüero que valientemente presentó un mensaje poderoso y no me cabe la menor duda que esa palabra no regresará vacía (Isaías 55:11).