Tras un año ya se pueden analizar los resultados de los 44 alcaldes municipales de El Salvador quienes estrenaron el sistema de distritos. Y siendo objetivos podemos decir que en la mayoría de los municipios han sido más resultados negativos que positivos por muchos factores. Muchos alcaldes han demostrado incapacidad e inoperancia en el cargo.

Yo vivo en San Salvador, pero soy oriundo de Olocuilta, hoy distrito del municipio de La Paz Oeste, al que además lo conforman los distritos de San Juan Talpa, Cuyultitán, San Luis Talpa, San Pedro Masahuat, Tapalhuaca y San Francisco Chinameca.

Pues bien, Olocuilta ha vivido literalmente un año sin alcalde, sin proyectos y siendo el distrito que más fondos aporta al municipio. Su nivel de endeudamiento es menor que el de otros distritos similares. Los pobladores no han sentido que Salvador Alejandro Menéndez sea su alcalde, pues éste, siendo extranjero, parece más entregado a gobernar localmente a San Luis Talpa, el distrito donde reside y del que ya fue alcalde por varios periodos.

Recién había asumido el cargo tuvo el infortunio de acudir a entrevistas televisivas donde se atrevió a considerar como “rebeldes” a los distritos que no fueran San Luis Talpa. Tras haber ganado las elecciones y antes de asumir el cargo se comprometió a llevar desarrollo al municipio (los siete distritos), pero ya en el cargo se quejó públicamente de las dificultades financieras para cumplir su promesa. Luego hizo una distribución de fondos para distritos sin ningún criterio técnico más que sus intereses particulares, por ejemplo, asignó la misma cantidad de dinero a distritos con diferencias notables de población, extensión territorial, recaudación de tasas e impuestos, deudas y necesidades propias.

Olocuilta vive desamparado al igual que otros distritos como San Francisco Chinameca y San Pedro Masahuat. En el primero ni siquiera conocen al alcalde y aseguran que no hay ningún proyecto de desarrollo local para su distrito. En el segundo se quejan de la ausencia edilicia en las necesidades distritales.

En Cuyultitán, San Juan Talpa y Tapalhuaca señalan que al igual que en los otros distritos ni siquiera les rinden los informes financieros y que las antiguas alcaldías han sido llenadas con personal a fin al alcalde. En San Luis Talpa no es querido del todo. Hay personas que señalan se ha tomado atribuciones no acordadas en el concejo. Por ejemplo la lucha edilicia contra los pequeños emprendedores a quienes retira de las zonas estratégicas, sin embargo, él como empresario se ha tomado, con su hotel. casi la mitad de la carretera que lleva a la playa El Pimental.

Al principio de su gestión se especuló sobre un alza exorbitante de su salario (y gastos de representación) y de las dietas de los concejales. Ante esto el alcalde Menéndez se defendió, amenazó con acudir a la Fiscalía General de la República para acusar a los opositores por difamación y presentó un acta en la que se consignaba que su salario era el mismo de antes. Sin embargo, quedó el sinsabor de no tener certeza de su dieta mensual en concepto de representación. Al no haber rendición de cuentas de manera pública queda esa duda.

Es cierto que los 44 municipios carecen del ya desaparecido Fondo de Desarrollo Económico y Social (FODES) o que algunas atribuciones las administra ahora el gobierno central, pero las comunas siguen generando tasas y esos fondos tienen que verse en obras y ser transparentados de cara a los contribuyentes.

Los alcaldes deben tener más presencia, pero no solo física, sino en obras que generen desarrollo local. Hoy más que nunca los alcaldes y sus concejos deben apostarle a la transparencia y a la participación ciudadana. Deben, también, fomentar los cabildos abiertos para recoger las verdaderas necesidades de las poblaciones distritales.

Da la sensación que los alcaldes y sus concejos no tienen ninguna participación en la Dirección de Obras Municipales (DOM) que prioritariamente le apuesta a la red vial y que en algunos casos cierran accesos en municipios sin que haya intervención de las alcaldías. Han reparado calles en excelente estado y se han tardado semanas o meses en tramos cortos, sin que las comunas intervengan.

Creo que en ese primer año muchos distritos están abandonados porque los alcaldes electos no se han despojado de su idiosincrasia y se entregan más a su distrito de origen. Así es el caso de Salvador Menéndez, quien aparentemente se dedica a gobernar localmente San Luis Talpa en detrimento de los demás distritos, donde incluso ha nombrado como directores a personas que no conocen el mismo distrito, por lo tanto, carecen de algo básico que se llama sentido de pertenencia y responsabilidad compartida con las comunidades.

Tras un año Olocuilta está abandonado al estar literalmente sin alcalde y eso se ve reflejado en la falta de proyectos locales. Otros distritos tendrán la misma condición de abandono porque los jefes edilicios no han mostrado capacidad administrativa ni de gestión. Muchos se han limitado a cobrar sus salarios y a llenar las comunas de parientes, amigos y activistas.

La reducción de municipios no ha dado resultado por muchos factores, siendo el principal la incapacidad de los alcaldes y sus concejos.

• Jaime Ulises Marinero es periodista