La organización Amnistía Internacional emitió una “acción urgente global” que exhorta a activistas del mundo a exigir al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, la restauración de los derechos y libertades suspendidos con el régimen de excepción ante una repentina alza de homicidios ocurrida los días 25, 26 y 27 de marzo.

La directora de Amnistía Internacional para las Américas, Erika Guevara, dijo que en El Salvador “no hay nada qué celebrar” el día de las madres, porque el Presidente “presume de controlar el crimen” y “solo genera un contexto de más violencia y violaciones de derechos humanos”.

En la carta modelo de la “acción urgente global”, Amnistía Internacional pide derogar las reformas que incumplen las normas internacionales, garantizar los derechos de las personas presas a un “debido proceso y a un trato justo”, por una parte; y exige no estigmatizar a la sociedad civil, prensa y jueces, por otra.

Defensa y detención.

La organización internacional considera angustiosa la suspensión de derechos fundamentales como el derecho a la defensa jurídica, y la eliminación de periodos máximos de prevención preventiva en el régimen de excepción, prorrogado hasta el 25 de mayo.

Además, objeta que se realicen juicios sin la presencia de los acusados, algo que asegura la organización “viola el derecho internacional”.

A eso le agrega las “propias declaraciones” del presidente Bukele “sobre la limitación de alimentos y acceso al aire libre” que sostiene “son motivo de honda preocupación” y se declara preocupada por la muerte de 5 personas bajo custodia de seguridad.

En Día de las Madres en El Salvador no hay nada qué celebrar mientras Nayib Bukele presume controlar el crimen solo genera un contexto de más violencia y violaciones de derechos humanos”. Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional

Detenciones por tatuajes o “por estar”.

Además de mencionar reportes “alarmantes” de malos tratos a los detenidos, Amnistía Internacional se refiere a detenciones de personas que no son miembros de pandillas, señalando detenciones de personas “por tener tatuajes o simplemente por estar presentes en zonas en las que suelen operar miembros de pandillas”. Sobre esto, cita “cientos de denuncias de detención arbitraria”.

También, tilda de inquietante la estigmatización y acoso a periodistas y defensores de derechos humanos; y pide dejar trabajar a estos y a los funcionarios judiciales “sin represalias”.