Deportaciones masiva de migrantes, revisión del Tratado de Libre Comercio y una relación transaccional con El Salvador, es lo que pronostican analistas estadounidenses sobre cómo será el futuro gobierno de Donald Trump en el periodo que iniciará el 20 de enero de 2025 y que concluirá en enero de 2029, coincidiendo con el fin de un segundo periodo del presidente Nayib Bukele.
“El enfoque de deportaciones, en mi opinión personal, se va a llevar a cabo aquellas personas que han cometido crímenes en este país, son los primeros que él va a comenzar a a deportar y después va a continuar deportando de acuerdo a lo que ha prometido”, explica Arthur Estopinan, un analista y estratega republicano.
“El presidente Trump obviamente quiere una agenda Pro América y quiere una agenda de cerrar la frontera abierta que tiene la administración actual del presidente Biden y la señora Harris en donde vemos los criminales que están llegando aquí a la frontera”, sostiene Estopinan.
El académico Scott Morgenstern, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Pittsburgh, sostiene que "vienen tiempos muy peligrosos para el mundo".
Morgenstern advierte que en el primer periodo de Trump tuvo bloqueos legales y políticos para ejecutar sus políticas antimigrantes pero ahora domina la Corte Suprema de Justicia y tendrá mayoría en el Congreso y el Senado.
"Ya no tiene bloqueos, el Congreso lo apoya, la Corte Suprema lo apoya, ¿qué tan lejos puede hacerlo? tenemos que ver. Hay que recordar que su política fue bastante cruel, separando a los niños de sus familias y poniéndolos en jaulas, ¿como va a tratar a la gente ahora? cuando empiece a separar a las familias", se cuestionó Morgenstern.
"Habrá que ver qué pasará. Mexico y Centroamérica tienen que saber como reaccionar", subrayó.
Durante la administración de Trump, separaron a unos 3.924 niños de sus familias y muchos fueron encerrados en jaulas. El Grupo Operativo para el Reencuentro Familiar todavía buscaba los padres de unos mil niños en 2023.
Las pocas veces que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, mencionó El Salvador durante la campaña electoral, fue para repetir que el país había mejorado su situación de seguridad porque estaba enviando a sus criminales a Estados Unidos. Estopinan repite esa retórica y recuerda las afirmaciones del mandatario electo durante la campaña.
Para Francisco Aguirre Sacasa, excanciller de Nicaragua y un reconocido personaje del mundo académico y diplomático en Washington, “Trump tomó la migración como el tema más emotivo, la economía es el otro, obviamente pues siempre lo es".
"Yo diría que el tema que más emoción despertó en el electorado norteamericano fue la inmigración en general pero sobre todo la ilegal. La derecha norteamericana, en particular Donald Trump, han hecho de la inmigración como la plaga más grande que hay en los Estados Unidos”, señaló Aguirre Sacasa.
Sobre las consecuencias de deportaciones masivas, Aguirre Sacasa sostiene que "hay cientos de miles de salvadoreños legalmente en los Estados Unidos e ilegalmente que mandan remesas, que alimentan la economía de El Salvador, sin las remesas, el crecimiento sería negativo o cero.
Benjamin Gedan, director del programa latinoamericano del Wilson Center, un importante tanque de pensamiento con sede en Washington, advierte que "la política del expresidente Trump hacia Latinoamérica típicamente pone más énfasis en la frontera sur de Estados Unidos y en medidas para desincentivar la migración".Gedan cree que una eventual administración Trump tendrá "programas para incrementar la inversión privada en Guatemala, Honduras y El Salvador, y buscaría contrarrestar la influencia de China en la región".
Una relación basada en transacciones
Para John Feeley, un exdiplomático estadounidense que fue embajador en Panamá y jefe de Centroamérica del Departamento del Estado, "El Salvador y la región entera pueden esperar una política exterior basada en transacciones".
"Algo así como: "te doy esto, tú me das eso". No va a haber una política para apoyar ni tendencias de gobierno, ni tratados de libre comercio, ni derechos humanos, ni francamente nada, porque Donald Trump no verá la región como una región, sino como oportunidades para cosechar en beneficio de sus intereses y los de su política de "America First", explicó Feeley a Diario El Mundo.
"A Trump no le gustan los tratados de libre comercio, ya que considera que los países extranjeros se aprovechan del mercado estadounidense. Él ha mencionado la posibilidad de imponer una tarifa global del 10% sobre todas las importaciones a Estados Unidos, lo cual afectaría negativamente a El Salvador", advierte Feeley.
Aunque durante su primer periodo Trump tuvo una relación bastante cercana con el gobierno de Nayib Bukele, el expresidente norteamericano sostuvo que El Salvador mejoraba su seguridad porque mandaba a sus criminales a Estados Unidos, lo que generó dudas sobre qué deparará el futuro.
"En realidad, Donald Trump actúa con capricho, no tiene estrategia, no está interesado en aliados, creo que va a crear una situación bastante difícil entre Estados Unidos y América Latina”, sostiene el académico Scott Morgenstern.
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Morgenstern sostiene que Estados Unidos siempre ha dado prioridad a sus intereses en la región, pero que ahora el énfasis será mayor.