El embajador de Estados Unidos en El Salvador, William Duncan, se manifestó “muy consciente del daño que han hecho las pandillas en El Salvador” en los últimos 30 o 40 años, pero advirtió que “un sistema de justicia penal tiene que respetar el debido proceso de la ley”.

Duncan se declaró respetuoso de las medidas que están implementando el gobierno salvadoreño, específicamente no quiso opinar si debería extenderse más el régimen de excepción.

El régimen de excepción es una medida implementada desde hace un año y un mes en El Salvador que suspende tres derechos constitucionales que permiten alargar el plazo de detención de personas sin remitirlas a un juez, de 72 horas a 15 días, así como suspende derechos de defensa y permite intervenir las telecomunicaciones sin autorización judicial. Lleva casi 70,000 personas capturadas, de las cuales se han liberado unas 4,000, y ha disminuido los homicidios a la mitad, aunque la tendencia a la baja ha sido gradual.