Sin embargo, para el vicemandatario, la reforma constitucional es un tema pendiente que está en manos del presidente de la República, Nayib Bukele, y de los diputados del partido Nuevas Ideas. Para el también abogado, es posible dar paso a un tercer mandato presidencial o incluso a una reelección indefinida reformando la Constitución de la República.
¿Cuál es el avance de la reforma constitucional?
Nosotros hicimos el estudio de una reforma integral a la Constitución con cientos de profesionales de todas las disciplinas, elaboramos el documento, se lo entregamos al presidente el 15 de septiembre de 2021, después, hicimos otro ejercicio de validación del documento con dos consorcios universitarios, Auprides (Asociación de Universidades Privadas de El Salvador) y Consejo Nacional de Rectores, con ellos hicimos foros en distintos centros universitarios para darle validez al documento inicial. Fue validado sin mayores observaciones, una o dos fueron sustancias, lo demás se quedó en el documento, ya está en manos del presidente y ahora es una iniciativa que queda tanto para el presidente de la República, a través de los 10 diputados que se requieren para iniciar un proceso de reforma constitucional, el presidente no tiene iniciativa de reforma constitucional, en este caso son los diputados que con un mínimo de 10 decidirán si se introduce una reforma a la constitución. Estamos pendientes a ver qué deciden, si diputados lo retoman o el presidente lo hace llegar para que los diputados lo inicien.
¿Está en fase de consulta o ya la consulta finalizó?
Ya el documento está entregado pero como dijo él cuando lo recibió, hemos recibido el documento preparado por el Comité Ad Hoc, en este momento la Presidencia lo va a estudiar, lo va a observar, lo puede modificar, ya es el presidente el que va a decidir si lo presenta tal cual lo entregó el comité ad hoc o le hace algunos cambios, o lo presenta integral o lo presenta parcial, es una decisión que le compete a él y estamos a la expectativa a ver qué decide.
Según la Constitución, los tres primeros puestos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) le corresponderían a Nuevas Ideas, FMLN y Arena (los tres partidos con mayor votos logrados en la última elección presidencial), ¿cree que esta debe ser la conformación?
Esa conformación se dio en un periodo de transición cuando los Acuerdos de Paz se reconoció que una de las causas de la guerra había sido los fraudes electorales de los años 70 y que la conformación del Consejo Central de Elecciones (CCE) donde estaban exclusivamente los partidos políticos no garantizaba un juego plural, democrático y equilibrado, entonces, se introdujo la reforma, que es el artículo 208 y se agregaron dos magistrados propuestos por la Corte Suprema de Justicia. Entonces, la autoridad electoral quedó conformada de manera mixta, los partidos políticos y los dos magistrados de la Corte.
Yo siempre creí que esta composición híbrida respondía a ese momento porque había que, primero, asegurarle a los partidos que tuvieran protagonismo en la administración de las elecciones y en la resolución de los conflictos electorales, pero también había que darle un componente más técnico, en este caso, los dos magistrados. Los partidos generalmente nombraban personas que no tenían formación jurídica. El equilibrio lo dábamos los que teníamos formación jurídica.
Entonces, sí, tendría que haber una reforma constitucional si quisiera que hubiese un tercer mandato o, como se ha hecho en otros países, una reelección indefinida.
Pero creo que ha llegado el momento de separar esas funciones y darle la calidad a cada una de las instancias del proceso electoral, por ejemplo, la instancia administrativa puede seguir siendo manejada sin necesidad de que hayan abogados pero la administración de la justicia electoral sí tienen que estar en manos de abogados. Por eso en la propuesta separamos las dos funciones y creamos dos entes, una institución dedicada a la parte administrativa y una Sala de lo Electoral, sería elegida como se eligen todas las salas.
Los magistrados de la Corte se eligen de dos fuentes, de la elección de los abogados y del Consejo Nacional de la Judicatura, esas serían las dos fuentes.
¿Hay tiempo según su criterio para hacer una reforma constitucional?
Es justo el momento indicado porque estamos prácticamente a dos meses y medio para que termine esta legislatura o menos, ya el 30 de abril termina esta legislatura y necesitaríamos en este periodo aprobar con mayoría simple una reforma, para que la siguiente, que fue electa por el pueblo y toma posesión el 1 de mayo, fuera la que lo ratificara.
Entonces, existe este “timing”, que es una ventana muy corta de tiempo si lo queremos ver así pero (es) el único momento político y jurídico para hacer una reforma que tenga efectos en los siguientes ejercicios porque, de lo contrario, tendríamos que esperar a que la Asamblea que va a entrar el 1 de mayo hiciera la reforma y la que se elige en el 2027 la ratifique, lo cual implica otro ciclo más de elecciones, que era una de las cosas que queríamos corregir, de ir armonizando los periodos electorales en múltiplos de tres. Entonces, quisiéramos saber si va a haber esa voluntad por parte de la legislatura porque los únicos que tienen iniciativa constitucional son los diputados.
¿Puede reformarse la Constitución para permitir más reelecciones presidenciales o más periodos seguidos?
Acordémonos que hoy tal cual está la Constitución, que fue la de 1983, habilita para un segundo mandato, no habla de reelección, sino que el artículo 152 en el numeral primero dice que la persona que ejerce la presidencia de la República, si quiere presentarse a un nuevo periodo, tiene que reunir dos condiciones, una, no haberlo ejercido en el periodo anterior, en el caso del presidente Bukele no lo ejerció porque era Sánchez Cerén el que estaba en el periodo anterior y, dos, separarse del cargo durante seis meses antes de que inicie el nuevo periodo. Pero ya no habla de un tercer mandato.
O sea, si el presidente Bukele quisiera presentarse en el 2029 a un tercer mandato, esta norma que hoy lo habilitó se lo impediría porque le diría ‘usted ya fue presidente en el periodo anterior’, que es el que estamos terminando ahora. Entonces, sí, tendría que haber una reforma constitucional si quisiera que hubiese un tercer mandato o, como se ha hecho en otros países, una reelección indefinida, que es la que tienen los diputados y los alcaldes, tenemos la alcaldes de Antiguo Cuscatlán, ya lleva 36 años y va a otro periodo, y diputados que se han reelecto porque no hay un límite para la reelección municipal y legislativa, solo para la presidencial, que la Constitución de 1983 habilita a un segundo mandato. La Constitución anterior, del 62, ese no permitía ningún tipo de reelección.
¿Pero no hay ningún impedimento o un candado que impida esa reforma?
No. Es decir, el pueblo es soberano, cuando tú convocás al poder constituyente, el poder constituyente es el poder del pueblo, que es el que se gobierna en una democracia de manera soberana, lo dice el artículo 83 (de la Constitución) y, si esa convocatoria al poder constituyente, en nuestro caso, se puede dar mediante las dos legislaturas y se sigue el proceso, no hay ningún problema.
Lo que tendríamos que ver, porque hay varias formas de convocar al poder constituyente, una de ellas fue la que se convocó en 1982 después de un golpe de Estado de 1979 que abolió la Constitución del 62, la del 62 había sido una Constitución elaborada porque se dio un golpe de Estado en 1960 que reformó la Constitución de 1950 y la Constitución de 1950 había surgido de un golpe de Estado de 1948.
Como ves, siempre hemos tenido una convocatoria al poder constituyente por hechos de esa magnitud, ya sea golpes de Estado, en el caso del 83, que estábamos en una guerra civil y la forma más democrática es seguir los procedimientos que establece la Constitución en el 248 cuando establece que una legislatura lo aprueba por mayoría simple y la siguiente lo ratifica por mayoría calificada. Entonces, esa forma de convocar al poder constituyente está totalmente legitimada y será el pueblo representado, el modelo decidido soberanamente, por los diputados quienes tengan la última palabra y lo decidan; está en manos de los diputados esa decisión.
¿Cómo quedan los artículos como el 248 (de la Constitución de la República), que dice que la alternabilidad no se puede reformar?
Es que eso es lo que se plantea por qué entendemos por alternabilidad, porque por ejemplo ahora la alternabilidad nunca estuvo en riesgo, no solo porque el pueblo es el que decidió si escogía al presidente o no. La norma lo que lo habilita es que se presente como candidato, una vez él se presenta como candidato, lo registra la autoridad electoral y va a la contienda electoral en igualdad de condiciones, que van los otros, por eso es que la Constitución exige que se retire del ejercicio de gobierno, para que no tenga, como en Estados Unidos u otros países que tienen elección inmediata, el presidente va y va a votar siendo presidente y no deja de ser presidente en ningún momento.
Aquí la Constitución le limitó al presidente esa facultad de presentarse siendo presidente en ejercicio y lo obliga a tener igualdad, para que la alternabilidad sea el pueblo que decida y no se le imponga.
Si hacemos una lectura literal o exegética de alternabilidad, es como que nadie puede seguir de un periodo a otro. Es lo que planteó la Sala de lo Constitucional anterior, donde estaba Rodolfo González, Belarmino Jaime, que dijeron que para poder presentarse había que esperar 10 años, es la resolución 163-2013, era una locura, ante eso hubo que hacer otra interpretación, 1-2021, donde dijo, el presidente lo único que tiene que hacer es estar en su periodo y retirarse seis meses.
El tema de alternabilidad es un tema que se quiere garantizar para que no se dé lo que se dio en otras épocas, caso del general Martínez.
El tema de alternabilidad es un tema que se quiere garantizar para que no se dé lo que se dio en otras épocas, caso del general Martínez, que fue el último caso que tuvimos de tiranía o un gobierno autocrático que por decreto se decía ‘y se reformará por esta y única vez’. Aquí, si hay una reforma que permita este tipo de continuidad, va a ser la decisión del pueblo, exclusivamente, si el pueblo lo decide.
Una resolución de la Sala 2009-2018 indica que la reforma constitucional exige aprobar el acuerdo constitucional antes de las elecciones, porque las elecciones funcionan como una especie de consulta, antes de la ratificación. ¿Cómo queda eso?
Lo que dice la Sala es que, para que se pueda presentar una reforma, hay que haberla ofrecido en las elecciones. Si por ejemplo, los diputados dijeron nosotros ofrecemos reformar la Constitución, como lo hicieron estos diputados, en el 2021, casi todos los diputados, porque estábamos en el ejercicio del estudio de la Constitución, yo me reuní con muchos de ellos, todos dijeron ‘vamos a aprobar una reforma constitucional’, esos diputados son los que están vigentes hoy.
Para que se pudiera reformar en la siguiente, los que fueron electos hoy tendrían que haberlo ofrecido porque ese es el sentido de la sentencia, que no se haga de sorpresa cuando ya están en el cargo; si no que sea como un referéndum, como una aprobación previa del pueblo porque, si los diputados ofrecen cambiar la Constitución y el pueblo no está de acuerdo, no los elige, pero, si son electos, es porque el pueblo estuvo de acuerdo con la oferta que hicieron de reforma antes de las elecciones. Si no hubieran dicho una palabra de que se iba a reformar la Constitución y ahora la quisieran reformar, estarían violando esa sentencia.
Pero no es que la reforma se va a hacer antes de la elección porque, entonces, la estarían haciendo los que habían sido electos antes de esa elección y lo tienen que hacer los que están en sus cargos y que lo ofrecieron cuando eran candidatos.
Pasaron las elecciones, ¿cuál es su evaluación del Tribunal Supremo Electoral?
Le tocó a este Tribunal una tarea extraordinaria, inédita, creo que hay que felicitarlo porque la llevaron a feliz término, la implementación del voto en el exterior de manera masiva, más de 330,000 salvadoreños pudieron ejercer el sufragio cuando nunca llegó ni a 5,000 por las condiciones en las que se emitió el sufragio.
Ahora, no solo lograron esa participación masiva, sino que, esto es una medalla para El Salvador, lograron implementar el voto por internet, que según Noberto Bobbio en su ensayo “El futuro de la democracia”, planteaba la cómputocracia, que uno desde su casa va a elegir a sus representantes, en esa época era ‘este señor está loco’, bueno, hoy se hizo, yo lo pude ver, desde Estados Unidos, desde Canadá, estaban eligiendo, estaban votando y se hizo bien, no ha habido alarmas ni denuncias, creo que se hizo de una manera transparente y segura.
Por otra parte, también le tocó la difícil tarea de enfrentar una oposición que todavía tiene cuadros a nivel administrativo en el Tribunal, y una de las cosas que hay que investigar es cómo es que falló el sistema de transmisión cuando llegó hasta cierto porcentaje de las actas que estaban contando en las JRV (Juntas Receptoras de Votos). Porque hay denuncias que ahí hubo una especie de sabotaje dentro de la misma institución por algunos funcionarios que vienen de los partidos anteriores.
Con un ejército de militantes de los dos partidos que habían perdido, quisieron hacerle difícil la tarea al Tribunal o empañar el triunfo del que ya se sabía que era el ganador, que era el presidente Bukele".
El Tribunal estaba compuesto, desde que yo llegué a ser magistrado siguió esa misma práctica, por miembros de partidos políticos que cada magistrado ponía, se llamaba la cuota, la clave, decían en esa época, la clave 1 era de Arena, la clave 2 era del PDC, la clave 3, del PCN, decían ‘mi magistrado’.
Es decir, ese tipo de partidización de las instituciones es lo que incluso Luigi Ferrajoli dice que una de las tareas de la democracia es despartidizar las instituciones, todas, también las instituciones judiciales, no debe estar cooptada por los partidos.
Yo creo que este Tribunal le tocó esta tarea difícil de lidiar con un ejército de militantes de los dos partidos que habían perdido las dos elecciones, las presidenciales y legislativas, y de alguna manera quisieron hacerle difícil la tarea al Tribunal o empañar el triunfo del que ya se sabía que era el ganador, que era el presidente Bukele. Yo creo que la situación salió al revés, el hecho de que no se hayan podido transmitir oficialmente por la vía de las actas permitió que el pueblo viera el recuento voto por voto. Nunca se había hecho esa tarea porque se cuentan las actas, los votos de las urnas se abren en casos muy excepcionales. Fue un acto de transparencia.
¿Cuáles cree que tienen que ser las apuestas en el próximo quinquenio del gobierno?
Hay muchas. Todas tienen que ver con el impulso a la economía, es decir, hemos en este quinquenio lidiado con una pandemia que nadie esperaba, pero que nos permitió renovar el sistema de salud pública, con nuevos hospitales, con nuevos servicios, nuevos equipos, es decir, la crisis de covid-19 nos permitió posicionarnos y salvar un sistema de salud y hospitalario que estaba en condiciones precarias; y además logramos la otra gran tarea, que estaba pendiente, el tema de educación, se distribuyeron más de un millón de computadoras a todos los estudiantes.
La idea es insertar a nuestra población y las generaciones que vienen en la era digital. El presidente siempre apostó a que El Salvador iba a estar adelante en la cuarta revolución industrial, se lo dijimos a todas las gremiales empresariales cuando nos reunimos durante la campaña en 2018, 2019, que nuestra apuesta era cualificar nuestra mano de obra desde la base, empezando desde la primaria, y ahí están todos con su laptop, niños de las escuelas públicas.
El empleo, desde luego, con todas estas empresas, va a haber una mayor oferta de empleo formal para sobre todo la juventud y la gente con habilidades tecnológicas.
Pero quizás lo más relevante fue esta guerra contra las pandillas y devolverle la seguridad a las comunidades, que afectaba no solo la vida diaria de las personas sino el desarrollo económico. La gente no solo no los abría sino que iban cerrando pequeños negocios porque ya no soportaba la carga de la pandilla, entonces, eso está floreciendo. El hecho de haber liberado de esta pandemia ha permitido que empiece a crecer la economía a este nivel, pero también es una parte, una economía informal.
El hecho que se modificaron leyes económicas, un paquete de 40 leyes económicas que facilitan la creación de sociedades, empresas, tanto nacionales como extranjeros, que la idea es atraer inversión extranjera.
Luego, viene el tema de la seguridad. Cuando ya tenés esos factores, una población segura, una población sana, una población educada, lo que te toca es impulsar el desarrollo económico tal cual.
Entonces, uno de los pilares es el turismo, que ya se ve que son de los más potentes, es el turismo, el turismo ha crecido exponencialmente, ya es la segunda fuente de divisas después de las remesas que nos genera mucha más liquidez en el Estado. La apuesta ahora es a un crecimiento mayor, con más inversiones en el sector turístico, hotelero, en el sector transporte. Bueno, aquí nunca habían venido los cruceros, hoy hemos tenido más de cinco porque el país se vuelve más atractivo. El turismo va a ser uno de los motores del desarrollo.
Pero también van otros. La apuesta en la economía digital, no solo se aprobó la Ley Bitcoin en septiembre de 2021, que nos posicionó a la vanguardia en cuanto a las criptomonedas, sino que en enero de 2023 se aprobó la Ley de Activos Digitales. Luego, que el presidente estuvo en California con Gloogle Cloud, se aprobó otra ley para desarrollar ese convenio, que es una ley que va a permitir transparencia y modernización del Estado. Luego, viene otra ley que exonera del pago de impuestos durante los primeros 10 años a todas las empresas que vengan a invertir en el área de tecnología.
O sea, estamos haciendo una apuesta muy fuerte a este tema. Y los críticos, que ahora se han quedado callados, porque dijeron que El Salvador estaba perdiendo dinero cuando el Bitcoin bajó hasta $15,000 y nosotros lo habíamos comprado con precio superior, ahora no tienen nada que hablar, porque ha subido enormemente gracias a que los Estados Unidos ya se aprobó, la Secretaría lo ha aprobado, en diciembre del año pasado.
Entonces, esa es otra apuesta, El Salvador hacia los activos digitales.
Y todo esto es pura infraestructura institucional, normativa. Luego, vienen las inversiones físicas, es decir, el aeropuerto, Bitcoin City, que se va a financiar con los bonos volcán que ya están listos para emitirse, viene el Tren del Pacífico, el presidente tiene bastante adelantado una negociación con Corea; de hecho, el bypass de Los Chorros, que es una obra de infraestructura y de ingeniería muy importante que va a generar empleo, es decir, hay posibilidades de hacer un curso económico en varias líneas: turismo, tecnología, energías renovables, es una de las prioridades de este gobierno y de las más valoradas a nivel internacional. Tuvimos en 2022 la presidencia del Instituto de Energía Renovable, el año pasado se la pasamos a India, se nos reconoció por todo el desarrollo que estábamos haciendo en energía limpia.
Entonces, tenés energías renovables, tenés turismo, tenés economía digital, tenés tecnología, estamos atrayendo, hay más de 80 empresas que han venido a inscribirse después de que se aprobó la Ley de los Activos Digitales, porque estaban ubicadas en otros países, sobre todo en España, donde esta ley es muy restrictiva, entonces, en El Salvador han encontrado una ley más amplia y les permite mayor flexibilidad para sus operaciones, o sea que el país se encamina a este despegue económico y esa es la apuesta para los próximos cinco años.
¿Cuándo este despegue económico impactará en el costo de vida de la gente y en el empleo?
El empleo, desde luego, con todas estas empresas, va a haber una mayor oferta de empleo formal para sobre todo la juventud y la gente con habilidades tecnológicas.
El costo de la vida es una cuestión que no depende exclusivamente de El Salvador, esto depende de factores internacionales. Hemos visto cómo la guerra de Ucrania encareció productos fertilizantes y agrícolas porque los graneros de Ucrania no podían cerrar sus productos por el tema de la guerra. Luego, la guerra en Medio Oriente.
Lo que hizo El Salvador, y esta es una visión del presidente Bukele, muy atinada, es tratar de amortiguar con una serie de medidas antinflacionarias, se bajaron los aranceles para productos de primera necesidad, se pusieron cero aranceles, a las gasolinas se les puso un límite y se dijo ‘no van a aumentar los precios de los combustibles’; y el Estado empezó a dejar de percibir ciertos ingresos que venían de estos incrementos. Pero el Estado prefirió que fuese para la economía popular para que no hubiera ese incremento. Hay medidas que se pueden tomar desde el Estado para paliar la situación pero resolverla es una situación global. Por cierto, tenemos la tasa inflacionaria más baja, eso también implica una decisión de jefe de Estado, de presidente, de tratar de paliar el impacto económico de situaciones a nivel mundial, la crisis de los transbordadores, que atrasó la venida de materias primas, generó también escasez, hay una cadena de factores que no dependen exclusivamente del gobierno pero el gobierno trata de paliarlos.