El 5 de enero de 1965, Willy Brandt, quien entonces era alcalde de Berlín Occidental, envió una carta a Tomás Antonio Guandique, alcalde de Berlín, Usulután. En la misiva, Brandt expresó su “profundo agradecimiento por la mejor voluntad” demostrada por la población salvadoreña tras la construcción del Muro de Berlín por parte del régimen comunista de Alemania Oriental en 1961.
“Esta muralla de cemento armado y alambre de púa es antinatural. No puede tener duración”, escribió Brandt en una carta cargada de esperanza y confianza en un futuro sin divisiones. La carta fue difundida este viernes por la embajada de Alemania en San Salvador.
Según Brandt, a pesar de las penurias los ciudadanos de Berlín Occidental construían una ciudad moderna e industrial que se perfilaba como un símbolo de resistencia y renovación.
El mensaje no solo era diplomático; era un llamado a la unidad humana más allá de las fronteras ideológicas.
“Es para mí un gran placer poder remitirle a su ciudad y a sus conciudadanos los mejores augurios”, escribió Brandt a Guandique, uno de los alcaldes más queridos que ha tenido la ciudad usuluteca.
¿Quién fue Willy Brandt?
Más allá de su rol como alcalde, Willy Brandt fue uno de los líderes más influyentes del siglo XX, tanto en Alemania como en el mundo. Exiliado durante el régimen nazi por su militancia socialista, volvió a Alemania y se convirtió en símbolo de reconciliación y paz.Fue canciller de Alemania Occidental entre 1969 y 1974, y es recordado por su política de “Ostpolitik”, que promovió el acercamiento con Europa del Este. Su trabajo por la paz le valió el Premio Nobel de la Paz en 1971.
Uno de sus gestos más recordados fue el “Kniefall von Warschau” (la genuflexión de Varsovia), cuando se arrodilló en 1970 ante el monumento a las víctimas del gueto judío en Polonia, en un acto de humildad que impactó al mundo.
El Muro de Berlín, construido por el régimen comunista de Alemania Oriental en 1961, fue el símbolo más visible de la división entre Oriente y Occidente durante la Guerra Fría. Su caída el 9 de noviembre de 1989, tras una ola de protestas populares y la apertura de las fronteras, marcó el principio del fin del conflicto ideológico global y allanó el camino hacia la reunificación alemana.