Más de 6,463 salvadoreños han sido retenidos por la Patrulla Fronteriza de El Paso (CBP, por sus siglas en inglés) en el año fiscal 2022, luego de ingresar a esta ciudad sin un permiso migratorio para llegar a los Estados Unidos.

El Paso es una ciudad ubicada en el suroeste del estado de Texas con una población de 678,800 personas de las cuales un 80 % es de origen hispánico. Tiene frontera con México, se separa por el río Grande de Ciudad Juárez, la ciudad más poblada del estado mexicano de Chihuahua y en donde operan el cártel de Juárez y otros cárteles criminales transnacionales.

Por esa razón los agentes de la CBP creen que muchos migrantes ingresan ilegalmente por El Paso, un lugar en el también han rescatado a 361 personas pero han encontrado 37 migrantes muertos, 15 ahogados en un canal de riego considerado aún más peligroso que el río Grande.

Orlando Marrero-Rubio trabaja como agente en la Patrulla Fronteriza de El Paso desde hace 13 años, es un paramédico originario de Puerto Rico.

Él explica que la “zona remota” de El Paso es menos accesible por sus condiciones geográficas y las altas temperaturas que alcanzan los 42 grados centígrados. La zona remota es la más mortífera para los migrantes. Las otras son las zonas urbana y rural.

Yo les digo que no se arriesguen, yo entiendo las razones por las que quieren venir, para perder su vida, para mí no vale la pena, los riesgos son muchos. Les pido que no se arriesguen”. Valeria Morales, agente de CBP de El Paso

El muro: “¡Come ooon!”

El sector de El Paso cubre 264 millas de la frontera sur de Estados Unidos con México, 180 de las cuales son terrestres y 84 acuáticas. En El Paso el muro fronterizo, construido desde 1994 y ampliado desde 2017 para evitar la migración irregular, tiene una longitud de 133 millas. Los agentes de la CBP lo consideran útil.

Tras barrotes llenos de concreto se ve un conjunto de pequeñas viviendas de ladrillo saltex, con paredes manchadas y un buen terreno destinado a la basura. Se asoman dos niños mexicanos que piden dinero para comprar tortillas. “¡Come ooon!”, grita uno. Ambos van a la escuela, segundo y tercer grado. Su padre trabaja en una maquila de cargar bultos. El mayor dice que siempre hay gente que se pasa el muro. “A veces cruzan”, cuenta. ¿Y tú les ayudas?, le pregunta un periodista. El niño se aleja: “Noo, pues. Me la paso en mi casa viendo tele”.

En El Paso, en Monte Cristo Rey, pasa el tren de carga. Algunas veces los migrantes se han subido a los bagones con la idea de avanzar en su viaje. /Y.Magaña
En El Paso, en Monte Cristo Rey, pasa el tren de carga. Algunas veces los migrantes se han subido a los bagones con la idea de avanzar en su viaje. /Y.Magaña



Para los agentes de la CBP, el muro es necesario. “Es una herramienta que nosotros utilizamos realmente efectiva para poder desviar el tráfico porque ya sabemos los puntos donde los coyotes o las organizaciones criminales nos tratan de mandar tráfico humano”, explica el agente Marrero-Rubio.

Pero muchos migrantes aún saltan el muro e incluso los “coyotes” han lanzado niños. Los agentes rememoran que en abril de 2021 dos traficantes de personas lanzaron a dos hermanitas ecuatorianas de 3 y 5 años precisamente en este tramo del muro, que separa Ciudad Juárez de Nuevo México. El video que se hizo viral en YouTube muestra a un hombre mientras suelta una menor que cae acostada, quien se levanta mirando hacia arriba mientras la otra menor es lanzada, y dos hombres salen corriendo hacia tierras mexicanas.

“Lanzar a dos bebés sin piedad alguna y usted ve cuando la niña daba con la cara en el piso es lamentable y lo hacen para distraer a nuestros agentes, para que se ocupen en el rescate. Los niños no saben lo que está pasando”, se lamenta Marrero.

Pasarse el muro es un peligro, no solo por su altura de 30 pies sino por la temperatura.

“El migrante es forzado a escalar el muro. No sabe cómo bajarse. Se caen. Se quiebran los tobillos”, cuenta Valeria Morales, agente de la Patrulla Fronteriza de El Paso. Solo en el año fiscal 2022 han atendido más de 230 casos de lesiones severas, muchos de quienes ya no han podido volver a caminar, dice la agente.

Todos los días (cruzan el muro). Una vez cae el sol es hasta donde la actividad se ve aquí. Las organizaciones criminales aprovechan la noche para entrar a los migrantes”. Orlando Marrero-Rubio,
vocero de CBP de El Paso

El temido canal.

Un total de 15 de las 37 personas que han muerto en El Paso al intentar ingresar sin permisos migratorios a EE. UU. se ahogaron, aunque otras 17 personas han sido rescatadas del agua.

El canal utilizado para riego, explica el vocero de la patrulla fronteriza de El Paso, es muy peligroso: posee un sistema de limpieza automático que provoca corrientes de 9 metros por hora y ejerce una presión de 302 libras sobre una persona que quiera sumergirse en el canal de una profundidad de 10 pies.

“Al tener un canal diseñado para mantener el flujo de agua libre de escombros, la fuerte corriente está debajo. La corriente puede ser el triple”, indica el vocero de la Patrulla Fronteriza.

La unidad aérea de la Patrulla Fronteriza dispone helicópteros para el rescate de migrantes. /Y.Magaña
La unidad aérea de la Patrulla Fronteriza dispone helicópteros para el rescate de migrantes. /Y.Magaña

Cárteles.

En El Paso, los agentes advierten los peligros: deshidratación, caídas, ahogados y choques. La situación se agrava por la presencia de cárteles transnacionales de tráfico de personas, narcotráfico y abusos sexuales contra migrantes en “casas de seguridad”.

“Para mí no vale la pena, los riesgos son muchos, los coyotes abusan de las personas”, dice la agente Morales.

El Salvador sigue siendo uno de los países que más emigrantes expulsa a Estados Unidos. Solo en El Paso, la cifra del año fiscal 2022 está por superar todo 2021: en 12 meses del año fiscal se retuvieron 7,960 salvadoreños; mientras que en ocho meses de 2022 se han retenido a 5,765. De estos, 1,112 eran niños no acompañados.

El dato

La Patrulla Fronteriza de El Paso sostiene que trabajan con las organizaciones no gubernamentales para entregarles a los migrantes que tienen bajo custodia.