En un caso, un representante de un partido político le dijo a una integrante de Junta Receptora de Votos (JRV) que estaba amamantando su bebé que “bajo estas condiciones” no podía estar en la JRV. “O se levantaba con la niña y se salía de la JRV o sacaban a la niña pero bajo esas condiciones ella no podía estar”, relató María Joaquina Menjívar, coordinadora técnica de la Asociación Nacional de Regidoras, Síndicas y Alcaldesas Salvadoreñas (Andrysas), que desplegó a las 102 observadoras que documentaron 135 hechos de violencia.
Un 35 % de las mujeres agredidas fueron votantes; 19 %, simpatizantes de partido y 21 % integraban una JRV. En menor cantidad, representantes de partidos políticos, periodistas, observadoras, funcionarias públicas y candidatas.
La mayoría de agresiones fue cometida por hombres, integrantes de partidos y organismos electorales temporales. Los tipos de violencia fueron psicológica y emocional (74 %), violencia simbólica (17 %), violencia sexual (6 %) y violencia física (3 %). Un 92 % de agresiones ocurrieron en centros de votación. A una candidata incluso la sacaron del centro de votación.