De acuerdo a la agente Valeria Morales, los miembros de los cárteles meten hasta 50 personas en una pequeña vivienda “de seguridad”. Entre las personas rescatadas, detalló, hay salvadoreños, guatemaltecos y hondureños.
Así mismo, las autoridades han desarticulado 300 casas de seguridad, sin embargo, muchas veces son viviendas alquiladas. “A veces el dueño no sabe”, indicó la agente.
Morales advirtió que los cómplices, así como quienes sirvan de vigilantes o transportistas de las bandas criminales podrían enfrentar cargos federales.
“El problema grande es que está organizaciones criminales, una vez lo tienen lo van a extorsionar por más dinero o hemos visto casos donde se comunican con sus familiares y dicen ‘o nos pagas tanto adicional o lo seguimos torturando o no lo liberamos o la matamos”, dice por su parte el agente Orlando Marrero, vocero del CBP de El Paso.
Muchos migrantes niegan que les pagan a las bandas de criminales por miedo, sin embargo, en la Patrulla Fronteriza existe el convencimiento que ningún migrante cruza la frontera sin pagar a estas bandas criminales. Incluso, aseguran que hay personas que han hipotecado propiedades para poder pagarles a los “coyotes” desde el inicio de su viaje y en su camino comienzan a amenazar a la familia.