Uno de los 14 sarcófagos encontrados en Saqqara, Egipto, el 20 de septiembre de 2020./AFP.
Las autoridades egipcias anunciaron este domingo que fueron encontrados en el fondo de un pozo en la necrópolis de Saqqara (al suroeste de El Cairo) 14 sarcófagos de unos 2.500 años de antigüedad.
Este nuevo descubrimiento, el viernes, se añade al de otros 13 sarcófagos hace una semana atrás en el mismo lugar, señaló en un comunicado el ministerio de Antigüedades.
El sitio de Saqqara, ubicado a 25 km al sur de las pirámides de la meseta de Giza, es una vasta necrópolis en la que destaca en particular la famosa pirámide escalonada del faraón Djoser, la primera de la era faraónica.
Este monumento, contruido alrededor del año 2.700 a.C. por el arquitecto Imhotep, es considerado uno de los más antiguos de todo el mundo.
Las imágenes de los sarcófagos, bien conservados, muestran motivos marrones y azules, así como numerosas inscripciones jeroglíficas.
El secretario general del Consejo supremo de antigüedades egipcias, Mostafa Waziri, inspecciona uno de los 14 sarcófagos, en Saqqara, el 20 de septiembre de 2020./AFP.
Desde hace años, las autoridades egipcias han anuncian con bastante frecuencia descubrimientos arqueológicos, con el objetivo, entre otros, de reactivar el turismo.
Éste, sector muy importante para los ingresos del país se ha visto muy afectado tanto por la inestabilidad política, y los ataques posteriores a la revolución de 2011 que derrocó del poder a Hosni Mubarak y, más recientemente por la pandemia de covid-19.
¿Qué es un sarcófago?
Es un sepulcro. Estas obras se erigen sobre la superficie para dar sepultura en ella a un individuo o incluso a varios.
Puede decirse que un sarcófago funciona como recipiente. En su interior alberga el ataúd, que es la caja donde se suelen depositar los restos de la persona para su entierro o incineración.
Los sarcófagos eran muy importantes en el Antiguo Egipto. Al fallecer un miembro de la realeza, se lo sometía a un proceso de momificación y embalsamamiento en un ritual asociado a propiciar la vida eterna. Luego se ubicaba el cadáver en el sarcófago y se lo dejaba en una pirámide o en otra construcción monumental.