La fachada del teatro se convirtió en el escenario donde los salvadoreños se reunieron a la celebración./ Edison González


Con danza aérea, estatuas vivientes, ballet folklórico, batucada, pintura de murales, exposición de fotografías sobre su historia, celebró la Secretaría de la Cultura un siglo de fundación del Teatro Nacional en la compañía de artistas, figuras públicas y capitalinos.

“Con gran emoción me toca estar este año en una de las épocas más importantes del Teatro Nacional, honrando a todos los artistas y gestores culturales que a lo largo de los cien años han trabajado incansablemente para que la magia en este escenario pudiera hacerse realidad”, dijo el director del Teatro Nacional, Tito Murcia.

Fue un 3 de noviembre de 1911, cuando el presidente Manuel Enrique Araujo colocó la primera piedra del Teatro Nacional. El edificio –diseñado por el arquitecto francés Daniel Beylard– fue construido con el sistema conocido como hennebique (hormigón armado) e inaugurado el 1 de marzo de 1917, por el presidente Carlos Meléndez.

El Teatro Nacional tiene una fachada principal y lateral de 45 metros de longitud. Su altura desde la acera al parapeto es de 17.43 metros y al techo del escenario es de 25.94 metros, según la ficha arquitectónica elaborada por la historiadora del Arte, Astrid Bahamond.

“Al estilo del Teatro Nacional se le ha denominado renacentista francés, pero realmente es neorrenacentista y ecléctico. Esto debido a que posee varios estilos combinados en algunos elementos constructivos y arquitectónicos”, detalla Bahamond.

Desde su creación, el Teatro Nacional fue escenario de óperas italianas, zarzuelas, dramas, conferencias científicas, conciertos de caridad y filmes cinematográficos importantes. Su capacidad es de 650 asientos, distribuidos en tres niveles entre los cuales destaca el exclusivo palco presidencial.