Cuando el nuevo coronavirus comenzó a propagarse en México y las calles quedaron casi desiertas, un grupo de trabajadoras sexuales, en la céntrica ciudad de Toluca, quiso solidarizarse con los más necesitados y montó un comedor para ofrecerles un plato de comida.
En una humilde vivienda de esa urbe en el estado central de México, vecino de la capital, Rudy Díaz y otras seis mujeres transexuales preparan grandes cacerolas de arroz y frijoles, mientras otras compañeras aguardan ansiosas frente a una mesa en el patio.
"La iniciativa fue pensando en nosotras porque nadie se acuerda de nosotras. ¿Te imaginas? Si cuando no estaba el COVID-19 nadie se acordaba, ahora que existe, menos", dice a AFP Díaz, trabajadora sexual y cocinera en el colectivo Mujeres Trans Famosas Toluca.
A través de este proyecto, el grupo busca ofrecer alimentos a bajo costo a integrantes de la comunidad trans de Toluca y a otras personas que han quedado desamparadas frente a la pandemia, que en el país deja casi 6.300 casos positivos y unos 500 muertos.
Son atendidos quienes "se hayan quedado sin trabajo (por la emergencia): vendedores ambulantes, trabajadoras sexuales, mujeres cisgénero, hombres también", explica Tania Vázquez, vocera de la organización.
La mitad de las raciones de comida, unas 70 al día, se reparten entre la población más necesitada afuera de los hospitales de la ciudad, recicladores de mercados públicos o indigentes.
"Lo hacemos (la comida) limpio, sano. Esa es mi satisfacción. Y más que nada que ayudamos. Lo hacemos de corazón", afirma Jéssica Cruz, estilista y cocinera del colectivo.
Para esta iniciativa, las mujeres han recibido apoyo de comerciantes locales y donaciones de alimentos.
- "Somos anónimas" -
Con hambre y miedo, trabajadoras sexuales han terminado en la calle después de que algunos hoteles, donde vivían o solían prestar sus servicios, acataran el llamado del gobierno mexicano a cerrar temporalmente por la emergencia sanitaria.
El miedo a contagiarse de COVID-19 mantiene, además, alejados a los clientes agudizando la necesidad económica en este sector sin acceso a préstamos ni apoyos sociales porque en el Estado de México la identidad sexogenérica no se ha legalizado.
"No hay una ley, somos anónimas, donde no se nos reconoce jurídicamente, eso nos ha rezagado porque no podemos pedir un préstamo bancario y sin embargo tenemos que resguardarnos por la pandemia", se lamenta Vázquez.
En contraste, las autoridades de Ciudad de México otorgaron recientemente apoyos económicos a unas 6.000 trabajadoras sexuales ante la emergencia sanitaria por el coronavirus.
La ayuda económica consta de tres pagos diferidos de 2.000 pesos (unos 83 dólares) durante tres meses.
En la puerta de la casa donde funciona el comedor comunitario cuelga un letrero con la leyenda "que nadie se quede con hambre", que invita sin distingo a pasar la crisis con menos penuria.