El presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén y la Secretaria de Cultura, Silvia Elena Regalado condecoraron ayer a los cantautores del grupo Yolocamba I Ta con el máximo premio artístico que se brinda en nuestra tierra cuscatleca a los artistas nacionales. / Cortesía


Los destacados artistas del grupo Yolocamba I Ta, que dedicaron 41 años de su vida para crear, rescatar y difundir el sentir del pueblo salvadoreño a través de su música, fueron galardonados ayer con la entrega del XXVIII Premio Nacional de Cultura, en un acto realizado en Casa Presidencial (Capres).

La marimba de arco, dos guitarras y flautas prehispánicas, fueron algunos de los instrumentos que los músicos Franklin Quezada, Roberto Quezada, Paulino Espinoza y Manuel Gómez escogieron para inmortalizar en sus melodías la historia de nuestro país desde que eran sólo unos jóvenes estudiantes en el Externado San José.

El presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, condecoró a los compositores y expresó que “desde su creación, nos estaban hablando de un pueblo que lucha, un pueblo que se sacrifica, para que surja un nuevo tiempo, un mejor país fraterno”, y añadió que “pusieron su talento para conformar una agrupación que sería fundamental en el imaginario cultural salvadoreño”.

Este es el galardón más importante que el Estado otorga en el ámbito cultural, “Sentimos que este reconocimiento a Yolocamba I Ta, es también un reconocimiento para grupos como la Banda Tepehuani, los Torogoces de Morazán, Los Norteñitos, Labor y Cosecha y otros grandes cantautores, muchos de ellos muertos por la música popular durante el conflicto armado”, manifestó Quezada, integrante del grupo musical.

La masacre estudiantil del 30 de julio de 1975 fue un hecho que tocó los corazones de los integrantes de Yolocamba I Ta y motivó su participación en un contexto turbulento a través de los acordes, adoptando el nombre de origen nativo que significa “La Rebelión de la Siembra”.