Reforzar el centro del campo, donde siempre se libra una batalla clave en los derbis, o mantener el tridente formado por la ‘BBA’ y que sea Simeone el que se preocupe de frenar la velocidad de Marco Asensio y Gareth Bale, o taponar la movilidad de Benzema. Es la duda por despejar de Lopetegui que, en principio, mantendrá la confianza en portería en un Thibaut Courtois que se enfrentará a su pasado.
Enfrente, el Atlético de Madrid ha reaccionado con tres victorias consecutivas, dos en la Liga, que le han reactivado en todos los sentidos para su visita al Bernabéu, sobre todo en lo numérico porque en sólo cinco días ha rebajado su distancia respecto al liderato de siete a dos puntos, a la vez que irrumpía en el podio.
Mientras Antoine Griezmann se reencuentra con su mejor nivel, Diego Costa atraviesa la peor racha goleadora de su carrera en la Liga, 15 partidos sin marcar, o Jan Oblak añade más porterías a cero bajo palos, ya por 98, el relanzamiento del Atlético de Madrid es evidente, levantado de golpe con tres triunfos indispensables.
Lo fue el 0-2 en Getafe, generado por Thomas Lemar; el 1-2 en Mónaco en la Champions League, transformado por Diego Costa y José María Giménez; y el 3-0 del pasado martes al Huesca, cuando confirmó su crecimiento individual y colectivo, en la presión, en la combinación entre líneas y, por encima de todo, en la pegada arriba.
Una reafirmación para el Atlético de Madrid, que también ha recuperado su firmeza defensiva, con sólo un gol en contra y cinco ocasiones concedidas en sus tres últimos encuentros, y que se presenta rearmado en el Santiago Bernabéu, donde ha jugado 12 choques en la era Simeone, con cuatro triunfos, cuatro empates y cuatro derrotas.