A pesar de que los Gobiernos de América Latina y del Caribe han incrementado sus inversiones en los sistemas educativos, la región aún no mejora los resultados y no logra preparar a su capital humano para enfrentarse a los cambios tecnológicos, revela un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Este martes, en BID lanzó su última edición del informe “Aprender mejor: políticas públicas para el desarrollo de habilidades”, donde se destaca que, en los últimos 25 años, la región aumentó en tres puntos del Producto Interno Bruto (PIB) su inversión en educación, un promedio cercano a lo destinado por países desarrollados, quienes gastan alrededor del 5 % del PIB en este rubro.

“En la región vemos que los países están haciendo un esfuerzo grande por aumentar el gasto público (en educación) y, sin embargo, no vemos los resultados esperados. Los niños no están desarrollando las habilidades que deberían y lo que propone este libro, la razón, es que no se está gastando bien”, manifestó Diana Hincapié, economista de la División de Educación del BID.

Esta disparidad ocurre por que el proceso de creación de las políticas públicas buscan mostrar resultados inmediatos, hay presupuestos limitados y restricciones, explicó. Además, “es posible que la razón por la que esto no está funcionando es porque se están tomando decisiones un poco a ciegas, que no están informadas en la evidencia de lo que funciona y no funciona”, manifestó.

El estudio propone crear evidencia rigurosa, es decir, aquella información obtenida tras evaluar los programas de mayor éxito, para así reforzarlos o replicar la experiencia en otros países. De esa forma, la inversión estratégica se destinaría al desarrollo de habilidades de los individuos que aumenten la productividad con el uso de la tecnología y del trabajo en equipo.

Julián Messina, investigador del BID, destacó que “estamos en un momento de cambio” con la transformación de los empleos tradicionales o el desplazamiento de la persona por máquinas. Aun así, se generarán nuevas oportunidades y fuentes de empleos, pero “la tecnología solo va a apoyarnos y hacernos más productivos si está complementada con seres humanos mejor preparados”.

El analista del organismo indicó que la educación debe complementarse con las acciones que una máquina puede realizar, entre ellas la destreza, creatividad y habilidades socio emocionales.

El Foro Económico Mundial calcula que el 65 % de los niños que ingresan a primaria trabajarán en empleos que hoy no existen. “Debemos prepararnos para ello con el desarrollo de habilidades”, agregó Carmiña Moreno, representante del BID en El Salvador.

 

Involucrar al sector privado en educación es clave

 

Durante la presentación del estudio, Darlyn Meza, representante del sector privado y exministra de Educación, destacó que las políticas públicas en materia de educación juegan un papel esencial en el desarrollo de una persona entre los 3 a 18 años de edad. Para garantizar el éxito de estas personas, agregó, se debe incluir al sector privado.

“Es el momento en el caso salvadoreño de tratar de sumar esfuerzos. El sector privado tiene muy buenos esfuerzos. No basta tenerlos, sino lo importante es tener un sinergía”, aseguró.