A pesar de que en el mercado internacional ya circulan productos salvadoreños con el sello de comercio justo, en El Salvador los consumidores aún necesitan desarrollar el concepto de compras responsables, manifestó José Luis Casuso, de la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores de Comercio Justo (CLAC).
Casuso explicó que en Estados Unidos o Europa “el consumidor tiene la conciencia que el producto ha sido creado bajo garantías sociales y ambientales. Es una compra justa y solidaria” y eso “acompaña el fortalecimiento de las cooperativas” que trabajan con los principios del sistema de garantía.
El sello de comercio justo se lanzó en 2002 y busca que los proveedores y compradores (o distribuidores) establezcan un precio justo mediante el diálogo y participación. Se proyecta que los valores superen los niveles de costos de producción para generar mejores condiciones laborales, económicas y sociales a los productores.
Por lo cual, un producto con el sello de comercio justo puede tener un costo superior que los de escala industrial. “Tú al final tienes que ser un consumidor responsable”, enfatizó Casuso.