La falta de innovación y de adopción de nuevas tecnologías de nuevo le pasa factura al entorno emprendedor de El Salvador. Estos dos factores incidieron para que, por segundo año consecutivo, el país perdiera posiciones en el Índice Global de Emprendimiento (GEI, en inglés).

El GEI es elaborado por el Instituto de Desarrollo y Emprendimiento Global (GEDI, en inglés) y en la edición 2018 El Salvador perdió 13 posiciones, al ubicarse en el lugar 114 de 137 economías evaluadas, con una calificación de 16.7 puntos de 100 posibles.

Esta es la segunda caída consecutiva que sufre el país en el índice, pues en la edición de 2017 descendió cinco posiciones, al pasar del puesto 96 registrado en 2016 al 101. Las calificaciones, en tanto, bajaron de 25.6 puntos en 2016 a 19.8 en 2017.

Además, El Salvador es el segundo país peor evaluado por el GIE de Centroamérica para 2018, solo superado por Nicaragua en la posición 122. Costa Rica muestra el mejor desempeño de la región, al ubicarse en la posición 56 y Panamá en la 70. Mientras tanto, Honduras y Guatemala se colocaron en el puesto 107 y 108, respectivamente.

 

El desafío: falta de innovación y tecnología

El índice evalúa el ecosistema emprendedor a través de tres componentes : actitudes emprendedoras, competencias para emprender y aspiraciones emprendedoras.

Los tres componentes se dividen en 14 pilares y los peores resultados en la edición 2018 están en Innovación de procesos y Absorción de la tecnología.

En el primero, que es el área más débil del país según el GEDI, evalúa si las empresas o emprendedores usan nuevas tecnologías y si tienen acceso a capital humano de alta cualificación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (sistema STEM, por su sigla en inglés). En este pilar, el país solo obtuvo tres de 100 puntos posibles y en la edición 2016 y 2017 del informe también obtuvo bajas calificaciones: cinco y tres puntos.

En la segunda área más débil, la absorción de la tecnología, el país obtuvo cinco puntos. Este pilar, que evalúa la capacidad de una nación para difundir y adoptar nuevas tecnologías, se ha deteriorado de forma paulatina en los últimos años, al pasar de un puntaje de 13 puntos en 2016 a 9 en 2017.

 

Deterioro

Dentro de los indicadores, el que sufrió una mayor caída es competencia, que se entiende por la creación de productos y servicios únicos que puedan ingresar al mercado. Este cayó 15 puntos, pues pasó de tener una calificación de 36 a 21. Si se compara con 2016, el descenso es de 54 puntos.

“Al país le hace falta entrar en los temas de innovación. No se supera con enseñarle a las empresas simplemente a innovar, necesitan tener mano de obra accesible, en buenas condiciones y que estén formadas en STEM”, manifestó Samuel Salazar, director ejecutivo de Proinnova, de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

Salazar destacó que la educación en El Salvador está más enfocada en las áreas humanistas y no en desarrollar al capital humano en ciencia y tecnología.

Mientras que la mayoría de pilares experimentan una caída, el indicador de oportunidad de emprender subió ocho puntos y se colocó en 24, tras los 16 obtenidos en 2017. También internalización pasó de 10 puntos en 2017 a 13 este año.

Sobre este tema se consultó a la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), institución estatal encargada de promover el emprendimiento, sin embargo no se obtuvo respuesta.