Algunas municipalidades han activado un plan de mercados móviles. El INCAE planea que el regreso del sector informal debe estar regido por una fuerte campaña de sensibilización y medidas sanitarias reforzadas.


El costo económico de la pandemia del COVID-19 tiene un fuerte impacto para El Salvador. Tras dos meses de cierre el país se enfrenta a una drástica -e histórica- caída que deja pérdidas por unos $100 millones diarios, según estimaciones de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal).

Roberto Artavia, presidente del consejo directivo del INCAE Business School y Viva Trust, sostiene que el acelerado deterioro obliga a implementar pronto un plan de reinicio que debe sustentarse en tres pilares: riesgo de contagio, impactos sociales y económicos.

"Cuando decimos abrir no es que todo mundo sale a la calle, sino que incluye una serie de protocolos", dijo Artavia que participó en las entrevistas de TCS y Canal 33. Explicó que en el caso de la economía informal, el mayor generador de empleo del país, este retorno debe estar marcado por una fuerte campaña de sensibilización sobre los protocolos sanitarios para disminuir el riesgo de contagio.



Artavia recalcó que aún no se puede retomar la actividad sin riesgos, pero que debe abrirse para no profundizar más la cáida de los indicadores económicos y sociales. Insiste que en la apertura del sector informal "ya nos agarro la tarde" y que en ese sentido es necesario una coordinación con las municipalidades para asegurar el extremo de medidas sanitarias junto con las campañas. Agregó que el regreso a la normalidad tomará muchos meses y como sociedad tendremos que convivir con la pandemia mientras no haya una cura disponible.

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INCAE presentó la semana pasada el estudio "Modelo integral para reabrir con seguridad", el cual ha sido tomado como base para la elaboración de marcos legales para las leyes de reapertura como el que aprobó el Legislativo y para una propuesta que presentó el Ejecutivo.

Artavia explicó hay 1.7 millones de personas que ya están sufriendo los impactos sociales por hacinamiento y desnutrición en El Salvador. "Lo económico va a afectar al país en el empleo y en la estructura económica", puntualizó.

El experto enfatiza que aunque en este momento la curva de casos en El Salvador es ascendente hay muchas partes del territorio (y actividades específicas) que podrían comenzar a abrir como la agricultura, que está en el proceso de siembra de granos básicos, y el comercio. El primero ofrece un riesgo bajo de contagio, mientras que el segundo (que incluye a buena parte de la informalidad) tiene uno medio y que requerirá de conciencia en el uso de mascarillas, entre otras medidas sanitarias, detalladas en protocolos para evitar que las actividades emerjan de forma desordenada y por ello puso de ejemplo a Taiwán que ha logrado una reapertura con mucha disciplina.

Artavia recordó que el ciclo de la enfermedad es de uno a 14 días y que en cualquiera de los esquemas de reinicio se necesita de un proceso que monitoreo de síntomas que deben aplicarse en la escuela, trabajo y familia.



Asimismo, insistió en que en esta etapa se requerirá de mucha madurez ya que en caso de que haya contagios necesariamente habrá que organizar cierres controlados que podrían impactar a empresas y pequeñas cadenas de valor, incluso de la posibilidad de aislar comunidades y es acá donde se debe tener la madurez y solidaridad "para entender que esto tiene que ser así, por que el riesgo de contagio no desaparece", sentenció

Impactos para El Salvador

El panorama para El Salvador es complicado por que la crisis tiene la capacidad de llevar a la economía a una parálisis con severas consecuencias en todos los ámbitos. Sin embargo, para el país la pandemia representa riesgos no solo por el paro por sí mismo, sino por una acentuada caída de ingresos, el elevado nivel de endeudamiento y una fuerte caída de las remesas.

Artavia anticipó que el indicador de la deuda con relación al PIB tendrá un incremento de más de 90 % y que el poroblema de no abrir la economía tiene impactos fiscales tremendos. "Sin consumo y actividad económica no hay recolección de impuestos (renta, salarios, venta). Los ingresos fiscales se están reduciendo enormemente como vamos a hacer frente a los pagos de deuda", enfatizó.