El expresidente no presentó defensor ante el juzgado, solo ha emitido su defensa a través de redes sociales. / DEM


La pretensión de la Fiscalía para extraditar desde Nicaragua al expresidente Mauricio Funes, se resume, prácticamente, en demostrarle al país requerido que no hay ninguna persecución política como el exmandatario lo asegura y que sirvió para que el 2 septiembre de 2016 se le otorgara el asilo político.

A Funes, Nicaragua le otorgó casi de forma expresa su petición la cual fue presentada el 1 de ese mismo; la solicitud fue justificada con la existencia de estar en peligro su vida e integridad física, por luchar en pro de la democracia, la paz, la justicia y los derechos humanos y su filiación política en El Salvador, así se detalla en la resolución ministerial número 073-2016.

A la luz del planteamiento jurídico el Ministerio Público ha dejado claro que se está frente a una trama de corrupción y lo evidencia con los delitos peculado, lavado de dinero y de activos, casos especiales de lavado de dinero y activos y casos especiales del delito de encubrimiento, desvirtuando la tesis de Funes, sobre una persecución política y ese argumento puede tener peso al momento que la Corte Suprema de Justicia, vía Ministerio de Relaciones Exteriores, envíe dicha solicitud previo aprobación en Corte Plena.

“Obviamente, que cuando se solicite la extradición las autoridades allá en Nicaragua van a decir que no se puede otorgar, por cuanto tiene la calidad de asilado político, a partir de eso se empieza un trámite interno de las autoridades salvadoreñas para demostrar que la persecución contra Funes no es política, sino que es judicial, principalmente, por los delitos que se le imputan, que es corrupción” dijo un abogado consultado.

No obstante tras seguir todo el trámite y el gobierno de Nicaragua tiene por acreditado que no se trata de una persecución política, sino que de una persecución judicial por actos de corrupción, Nicaragua podría revocar el asilo político a Funes y autorizar la extradición.

“La situación obviamente que ofrece diferentes variantes a partir de la situación política en Nicaragua, básicamente yo creo que todos los abogados tienen la misma opinión que las condiciones del asilo político de Mauricio Funes en Nicaragua son débiles, porque dependen de la estabilidad del régimen de Ortega y como se sabe está en crisis, a corto plazo no sería viable la extradición, pero a mediano y largo plazo sí es posible”, según el abogado.

Ayer, el exmandatario dijo a través de su cuenta de Twitter que la resolución del juez era previsible y señaló que el fiscal Jorge Cortez, dijo en una entrevista que no tienen pruebas directas en su contra. “Era de esperar esta decisión de un Juez que ordena la detencion de Vanda sin haberla pedido”, escribió.