Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas. / DEM


El arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, dijo ayer que los planes de seguridad han fallado últimamente y no se ha conseguido parar la ola de violencia en el país.

Haciendo un análisis de los últimos 25 años, sostuvo que después de los acuerdos de paz el Estado no ha podido contrarrestar el crimen organizado, que es necesario un acuerdo de nación y una preocupación que trascienda los intereses particulares, además que no solo se debe reprimir el crimen, debe de darse oportunidad a las personas de estudio y de trabajo.

“Para nosotros esta situación es más que preocupante, es muy grave; y por tanto exigimos que se busque la solución concreta y a fondo de la problemática, ahora bien el problema es muy grave y de hace mucho tiempo”.

Para el arzobispo, el problema no solo debe dejarse al gobierno, sino que el Estado con sus tres poderes no han resuelto la violencia, lejos de eso cada día se ha agravado, agregó que en su valoración no está mencionando nombre de personas, quienes son los responsables y quienes han fallado.

“No tengo organismos de medición de la problemática, ni tampoco la técnica para hacer esos análisis, queda a los estrategas, queda a los criminólogos y demás especialistas en la materia”, mencionó, de ahí que considera que haya estudios a fondo ya que nunca se ha querido solucionar el problema de verdad con medidas eficaces.

Según Escobar Alas, es tiempo de buscar la solución no solo con medidas de represión o persecución del crimen como se ha hecho en los últimos años, expresó que quien ha delinquido naturalmente tiene que ser juzgado por la ley, pero eso no soluciona el problema.

“A veces hemos visto que cuando se intensifica la violencia crece más la violencia, es como decir, queriendo solucionar un fenómeno de la violencia, no es precisamente con la violencia que se soluciona, es necesario ir más a fondo y descubrir las verdaderas causas de esta situación y trabajar por ello en un esfuerzo conjunto”, sostuvo.

El arzobispo comentó que ha visitado colonias como La Campanera, Santa Eduviges, en Soyapango, así como Las Palmas de San Salvador, catalogadas por las autoridades como las más violentas, pero él prefiere decir que en esos lugares vive gente de bien y que están sufriendo las consecuencias de la exclusión y la falta de oportunidades.