Las autoridades penitenciarias otorgaron una serie de privilegios a los pandilleros que estaban recluidos en cinco penales, durante la tregua entre pandillas que estuvo vigente entre marzo de 2012 y agosto de 2013, confirmaron ayer cuatro de los siete testigos de cargo que declararon en el tercer día de la vista pública donde se procesa a 18 imputados.

Con esos testimonios, la representación fiscal pretende acreditar ante el juez los delitos de tráfico de objetos prohibidos, agrupaciones ilícitas, incumplimiento de deberes y actos arbitrarios. Uno de los testigos con régimen de protección “Clave 5”, dijo que en su función de custodio en el penal de Izalco, estaba asignado en el Centro de Monitoreo de dicho reclusorio y, como parte de sus actividades, le tocó filmar, en el año 2012, la denominada “pornofiesta” que tuvo como protagonistas a los pandilleros de la 18 y cuatro bailarinas que ingresaron con la autorización del entonces director Miguel Ángel Abarca.

Según el testigo, autorizaron el ingreso de cuatro jóvenes, quienes bailaron desnudas para los pandilleros; asegura que él filmó la fiesta que duró tres horas y el archivo de ese material audiovisual quedó en el Centro de Monitoreo del penal.

Por su parte, el testigo “Clave 17” sostuvo que, fungiendo como subdirector de seguridad del penal de Quezaltepeque, a su llegada a ese reclusorio en 2013 había un ambiente de tensión, sobre todo porque los pandilleros no se querían someter a los protocolos de seguridad, al grado que él detectó que en sus dormitorios tenían teléfonos celulares.

Expresó que esa irregularidad la reportó al entonces director del penal, Rafael Jiménez, quien le respondió que haría coordinaciones y después tomaría medidas, pero nunca tomaron acciones. Él volvió a reportar la tenencia de teléfonos de los pandilleros y Jiménez le manifestó que estaban autorizados para tener dichos teléfonos y que ya no siguiera denunciando porque eso le había costado el traslado al anterior director de ese recinto, refiriéndose a Miguel Ángel Hernández.

Otro testimonio incriminatorio fue “Clave 6”, un custodio del penal de Izalco, quien dijo que Raúl Mijango y Juan Roberto Castillo Díaz ingresaron una vez a ese centro y no fueron registrados porque cuando él consultó al director de ese penal le manifestó que había una orden desde “arriba” para no hacerlo; ese día ingresaron con unas bolsas blancas que tampoco fueron registradas.

Mientras que el testigo “Clave 10”, quien fue subdirector de seguridad de “Zacatraz”, dijo que Mijango y otros tres mediadores de la tregua, se rehusaron a los registros cuando llegaban a reunirse hasta por un lapso de tres horas con más de 30 pandilleros de la MS y el barrio 18; agregó que al reportar esas anomalías se le respondió que el inspector general de Centros Penales, Anilber Rodríguez Villeda, había dado órdenes que a los mediadores se les dieran facilidades.

 

Principales revelaciones de testigos

 

Testigo 15

Empleado del OIE

Dijo que el Organismo de Inteligencia del Estado alquiló una vivienda para que funcionara una base operativa durante la tregua, eso se hizo cuando el director era Ricardo Perdomo.

Testigo 5

Custodio de Izalco

Señaló que en 2012, el entonces director de ese penal autorizó ingreso de cuatro bailarinas a una fiesta de los pandilleros y que él fue el encargado de filmar ese evento.

Testigo 17

Custodio penal de Quezaltepeque

Como subdirector de seguridad del recinto denunció que pandilleros tenían celulares, pero el director de ese reclusorio le manifestó que ellos tenían autorización.

Testigo 6

Custodia Izalco

Dijo que Raúl Mijango y Juan Roberto Díaz, por órdenes de “arriba”, no podían ser registrados cuando ingresaban al penal y que además ingresaban bolsas blancas que no eran revisadas.

Testigo 11

Seguridad de Raúl Mijango

Un policia asignado como seguridad a Mijango, dijo que la PNC pagaba su salario durante la tregua y que el mediador siempre andaba con su asistente en las reuniones.

Testigo 8

Empleado

El exsecretario del penal de Cojutepeque dijo que los pandilleros de la 18 les ingresaron televisores y películas, que fue el director de ese recinto el que lo autorizó. La práctica estaba desde el 2010.

Testigo 10

Empleado

El subdirector de seguridad de Zacatraz observó que los mediadores de la tregua se rehusaban a los registros cuando iban a reunirse con pandilleros. El inspector Anilber Rodríguez había autorizado.