Martínez guarda prisión en el penal La Esperanza, conocido como Mariona. / Wilson Urbina


El exfiscal general Luis Martínez, fue condenado a cinco años de prisión por divulgar conversaciones privadas del sacerdote Antonio Rodríguez, mejor conocido como “Padre Toño”.

La jueza Rosa María Vigil, del Tribunal Sexto de Sentencia, consideró que las pruebas presentadas por la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía incriminaron a Martínez y no quedaba más que condenarlo.

Además accedió a la pretensión de los abogados particulares del “Padre Toño”, quienes en los alegatos de cierre pidieron que se le condenara a pagar en concepto de responsabilidad civil, la cantidad de $120 mil, pero la funcionaria judicial fue más allá y subió el monto en $125 mil.

Tras el fallo, una de las fiscales del caso dijo que es una condena que sienta un precedente ya que es el primer exfiscal general en ser condenado en el país, y aunque habían solicitado ocho años por divulgación de material reservado en la modalidad de delito continuado, dijo que hay satisfacción por la decisión judicial.

Quienes no estuvieron de acuerdo con la condena fueron los querellantes (acusadores particulares), Oswaldo Feusier, expresó que fueron tres divulgaciones las que Martínez hizo; por las primeras dos habían solicitado una pena de ocho años por cada una, mientras que por la tercera pretendían que se le impusieran cuatro años, haciendo una suma total de 20.

Feusier expresó que van a sentarse con el “Padre Toño” para analizar la sentencia y determinar si presentan recurso de apelación.

Rodríguez Tercero, quien en el proceso ha tenido la calidad de víctima y testigo, sostuvo que estaba esperando esta sentencia. “Nadie nos dijo que sería fácil enfrentar un proceso como víctima, no solo de una persona y un funcionario, sino de todo un sistema corrompido por los poderes económicos y políticos, que conciben a los funcionarios de segundo grado como rehenes, al servicio de economías ilegales y criminales y de sus redes de corrupción”, agregó al momento de leer un comunicado.

En las investigaciones se determinó que el exfiscal cometió el delito en agosto del año 2014, días después de la captura del sacerdote español junto a una estructura de pandillas que fue procesada por varios delitos.