Jorge Ulloa Sibrián “Repollo” (esposado) está condenado a 32 años de cárcel. / DEM


En la vista pública contra ocho supuestos integrantes de la estructura de narcotraficantes que dirigía Jorge Ulloa Sibrián, alias “Repollo”, declaró ayer el testigo criteriado, Franklin Moza Larín.

El testigo era el hombre de más confianza de “Repollo” y sobre quien Ulloa Sibrián había depositado su estrategia para transportar millones de dólares para la compra de fuertes cargamentos de cocaína en Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

La declaración de Moza Larín fue clave para la condena de 77 años de prisión, que el Tribunal Primero de Sentencia, le impuso a “Repollo” en noviembre del 2014 por el delito de tráfico ilícito.

Ayer en su declaración, Moza Larín señaló la función que realizaba cada imputado identificados como: José María Hernández Campos, Patricia Roxana Hernández, Blanca Rosa Vela, Carmen del Socorro Hernández, Jessica Anabel Martínez Díaz, Geovanny Arnoldo Nolasco, Eliseo de los Ángeles Méndez y Orlando de Jesús Argueta, procesados por lavado de dinero y agrupaciones ilícitas.

A pregunta de la fiscal de la Unidad de Investigación Financiera (UIF), Moza Larín manifestó que los imputados colaboraban transportando dinero adherido a su cuerpo y en caletas que se instalaban en los tanques de combustible.

Mencionó que “Repollo” pagaba entre $4 mil y $5 mil a quienes trasportaban el dinero y entre ellos mencionó a los ocho imputados, que desde el pasado lunes están enfrentando la vista pública en el Juzgado Especializado de Sentencia “B” de San Salvador.

El criteriado mencionó que los viajes de El Salvador a Panamá era de tres días y que una vez estaban en ese país debían permanecer hasta 15 días, porque siempre que llegaban con el dinero esperaban los cargamentos de droga que iban a transportar en caletas hacia El Salvador.

Cada kilogramo de cocaína era adquirido en Panamá hasta en $2,500 y en ocasiones trasladaban hasta 150 kilogramos y que eso le generaba grandes ganancias, ya que a él, “Repollo” le pagaba $100 por cada kilogramo de droga que introducía al país, que a veces ganaba hasta $50 mil por cada viaje que hacía.