Ser un fotoperiodista en el tiempo de la guerra deja huellas imborrables. Entre sonrisas y bromas, Luis "La Muñeca" Romero, quien trabajó para la agencia de noticias internacionales Associated Press (AP), recordó las historias de coberturas del conflicto armado y cómo sus fotos le dieron vuelta al mundo, en medio de una guerra que marcó su vida.
Su familia y él fueron víctimas de la ofensiva, en 1981, en medio de una batalla, su hermana desapareció y son sus seres queridos siempre mantuvieron la esperanza de volver a verla.
“A la vez yo también ocupé mi profesión para andar en los botaderos de cadáveres de esa época, como buscando el cadáver de mi hermana que lamentablemente había fallecido o sido asesinada, pero nunca la encontramos”, expresó el actual fotógrafo de Casa Presidencial.
Mientras él salía a las calles para realizar su trabajo, su familia se quedaba preocupada por el riesgo que representaba perder a otro familiar. Luis sintió en muchas ocasiones como las balas pasaban cerca de su oído y destacó que a pesar de vivir momentos difíciles, siempre la fotografía fue una pasión y una forma para que el conflicto no fuera olvidado.
Sus fotos favoritas siguen siendo las de esa época, recordó cómo disfrutaba fotografiar los campos de refugiados, mientras observaba la unión entre hermanos que regresaron al país para repoblar sus hogares de donde fueron expulsados.
En su memoria permanece la marcada diferencia entre el periodismo internacional y el local durante esa época, la censura para los medios nacionales siempre fue evidente, pero para los de agencias internacionales no había control, ellos mismos tenían como misión mostrar ambas partes del conflicto, cosa que en más de una ocasión los perjudicó.
La prensa internacional se arriesgaba más a pesar de sufrir constantes amenazas, con sus compañeros cubrió los enfrentamientos entre ambos bandos que se cuidaban para no ser descubiertos y les quitaran su equipo o las cintas con los rollos.
“Los de la prensa internacional nos metíamos a los frentes de guerra, a entrevistar guerrilleros, y a la vez a los soldados, Fuerza Armada y altos bandos”, dijo.
Para Romero, su pequeño país se dio a conocer por las desigualdades sociales, como un territorio lleno de muertes y masacres, pero también como un país luchador. Haciendo su trabajo tuvo la oportunidad de salvar la vida de varias personas y en diferentes ocasiones vio la muerte de cerca.
Fue a los 19 años cuando la inquietud lo motivó a hacer fotografías, ganaba tres colones por cada una. Ahora, lleno de experiencias, se encuentra al frente del departamento de fotografías de Casa Presidencial, “siempre hago que se vea bien el hombre que tiene el cargo más importante del país” comentó.
Ocupé la profesión para andar en los botaderos de cadáveres de esa época, como buscando el cadáver de mi hermana que lamentablemente había fallecido o sido asesinada, pero nunca la encontramos”
Luis Romero
Periodista/ excorresponsal de guerra