El excoronel Inocente Orlando Montano, único procesado en la Audiencia Nacional de España por la masacre de los jesuitas el 16 de noviembre de 1989, por recomendación de su abogado había manifestado que no haría uso del derecho de última palabra, pero cuando el juez José Antonio Mora le preguntó si mantenía su decisión, sorprendió diciendo que el destajo de mentiras vertidas en el juicio le causó repugnancia y durante 20 minutos expuso su versión final.

“El juicio que se inició hace un par de semanas aquí en España en contra de mi persona, considero que ha adolecido de muchos errores técnicos, y no solamente técnicos, sino que también morales, porque se ha mentido a destajo, digamos de parte de los peritos que han atestiguado a favor de la familia de los padres jesuitas a quienes desde ya les estoy tanto mis sincero pésame”, así comenzó diciendo el exmilitar.

Un Montano muy cansado y con la vista fija sin mirar a nadie, se volvió a defender de los señalamientos en su contra, resaltando que “La Tandona”; esa promoción de 46 oficiales graduada de la Escuela Militar en el año de 1966, no es ninguna organización terrorista, sino que es una organización con fines sociales.

Sin quebrantarse y de una manera muy lúcida, el excoronel considerado por la querella como uno de los exmilitares más listos de “La Tandona” invocó a Dios diciendo: “Yo juro al tribunal ante ustedes pues, y mi Dios de que no estoy mintiendo, yo en ningún momento participé en una reunión en la cual se dijera o se diera la orden de matar a los curas, en ningún momento fueron mencionados en las reunión que tuvimos de que había que asesinar a los curas; sí hubo una expresión de que había que controlar a los líderes de la subversión que estaban ubicados en la ciudad de San Salvador”.

El excoronel enjuiciado como uno de los presuntos autores intelectuales manifestó que la Fiscalía de España lo ha acusado junto a “La Tandona” con base en testimonios de varias personas que llegaron a declarar mentiras. Destacó que el contenido del informe de la Comisión de la Verdad es falso, “si bien fue conformada por personas honorables, no fueron quienes elaboraron los documentos, solo leyeron lo que los enemigos” de la promoción de los 46 oficiales del año 1966 dijeron.

Mencionó que la fiscal del caso y los acusadores particulares han hecho una interpretación errónea de la abundante documentación a la que tuvieron acceso y que le ha causado repugnancia tanta mentira expuesta en el juicio.