El sacerdote Aníbal Romero Cordero, quien fue secretario de San Óscar Arnulfo Romero, falleció a la edad de 83 años, por complicaciones de salud.
El párroco de origen usuluteco estuvo al frente de varias parroquias de ese departamento y fungió como secretario privado de monseñor Romero desde 1970 hasta que este fue asesinado, según cuentan católicos que lo conocieron desde hace más de 50 años. Su nombre aparece en varias páginas del diario del santo salvadoreño.
Los católicos lo recuerdan como un buen consejero, un buen sacerdote dedicado a las necesidades de sus hermanos en todo momento.
"Estaba con nosotros apoyándonos, él tenía el mismo carisma de San Romero porque trabajo con él y aprendió de su enseñanza," expresó uno de los católicos, Héctor Muñoz.
Otros lo recuerdan como un hombre de fe, transmisor de esperanza de paz, de alegría a este pueblo que siempre confía en Dios.
"En el padre siempre encontrábamos alegría y fe, nos deja un vacío dentro de la comunidad cristiana católica”, dijo Evelyn de Gómez.
Ayer, cinco sacerdotes de las diócesis del país oficiaron una misa de cuerpo presente en la capilla de Usulután. Los restos del párroco serán llevados al la ciudad de Jucuapa, donde serán velados y el martes será sepultado en el Cementerio General de su tierra natal.
"Hemos respetado la última decisión del padre Romero Cordero, él quería que lo sepultaran en el nicho donde reposan los restos de su madre”, relató el sacerdote Dionicio Sánchez. Por esta razón, los restos de Cordero, no serán sepultado en la Iglesia de Santiago de María como lo manda la Iglesia Católica.