En el último día de la vista pública contra nueve acusados de asesinar al exfiscal César Augusto García Funes, declararon varios peritos que el Ministerio Público presentó como testigos.

Uno de los que brindó su testimonio fue el perito forense que hizo la autopsia el 26 de mayo del año pasado, el médico dijo a la jueza del caso que el abogado murió por heridas penetrantes de cráneo y cuello producidas por arma blanca.

Según el forense, cuando él hizo la autopsia a García Funes, tenía de dos a cuatro días de haber muerto y le encontró múltiples y extensas lesiones en el cuello, cráneo y brazo izquierdo.

Según el protocolo de levantamiento de cadáver, el exfiscal fue encontrado semienterrado en la finca Valencia, del municipio de Mejicanos y las autoridades llegaron a ese lugar con la información que proporcionó el testigo criteriado “Urraca”.

Un investigador sostuvo que mediante registros encontraron un pandillero que les dijo dónde habían enterrado a la víctima y el lugar donde habían dejado las llaves del vehículo de la víctima.

El investigador confirmó que con la ayuda de clave “Urraca” lograron identificar a los pandilleros que participaron en el crimen; al criteriado le mostraron las fotos que tenían en la base de datos de la Policía ya que los imputados estaban fichados. García Funes fue asesinado por una orden de pandilleros desde un penal, porque las resoluciones judiciales no fueron favorables.