Un peritaje los señala como los posibles hechores del asesinato de Camila. / DEM


El Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador comenzó ayer el juicio contra tres agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) por el homicidio de Camila Córdova, una mujer trans que según la Fiscalía General de la República, murió tras una paliza que supuestamente le propinaron el 3 de febrero del año 2019.

En la vista pública, la representación fiscal señala a los policías Carlos Valentín Rosales Carpio, Jaime Geovany Mendoza Rivas y Luis Alfredo Avelar Sandoval, de homicidio con el agravante de abuso de superioridad.

Desde que comenzó el proceso penal en el Juzgado Quinto de Paz de San Salvador, el Ministerio Público ha sostenido que Camila, quien legalmente ha sido identificado en el juicio como Nelson Arquímides Díaz Córdova, fue asesinada por ser trans, lo cual es calificado como un crimen de odio y así se ha planteado en la vista pública.

La defensa rechaza que los agentes hayan golpeado a la víctima y que tampoco es cierto que esa sea la causa de la muerte, sostienen que Camila en estado de ebriedad se le lanzó a un vehículo y a raíz de eso sufrió los golpes de los que se habla en la autopsia practicada en el Instituto de Medicina Legal.

El 11 de marzo de 2020, en la resolución de la audiencia preliminar que emitió el juez de instrucción, Edward Sidney Blanco, decidió enviarlos a juicio por considerar que al revisar toda la prueba y sobre todo un análisis forense, encontró que existe la probabilidad de que los policías ejercieron violencia física contra Camila ya que presentaba traumas por vapuleo.

Una de las pericias claves que será discutida en el juicio es la del patólogo forense quien en sus conclusiones ha dicho que existe la posibilidad de que la víctima fue lanzada desde un vehículo en marcha debido a los golpes que presentaba, lo cual desvirtúa la versión de la defensa que que fue atropellada.

Lo que se ha dicho del caso es que 31 de enero de 2019, Camila fue ubicada por los policías luego una llamada en la que se informó que estaba ocasionando desórdenes en la 23a. Avenida de San Salvador, aproximadamente las 3:00 de la madrugada.

Supuestamente de esa arteria de San Salvador se la llevaron y la dejaron abandonada con múltiples golpes en el kilómetro cinco y medio del bulevar Constitución, en San Salvador, y de ahí fue trasladada al hospital Rosales donde murió tres días después.