La pipa volcó a pocos metros del puente que pasa sobre el río Grande y la gasolina llegó al afluente. / Rosa Fuentes


Personal de la Unidad de Medio Ambiente de la alcaldía de San Miguel verificó ayer las posibles afectaciones en el río Grande de ese departamento, luego que el jueves una pipa volcara y derramara 8,000 galones de diésel y gasolina en el afluente.

El jefe de la unidad, Juan José Ávalos Pérez, dijo que aún se observa combustible flotando en el río y que esto puede afectar la vida acuática, a pesar que por el momento no se ha constatado muerte de peces.

Sin embargo, manifestó que se tiene que esperar el informe que emita el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) por esta situación, mientras que ellos como Unidad de Medio Ambiente de la municipalidad remitirán la información recopilada al Juzgado Ambiental de San Miguel para que dicte las medidas necesarias y posibles sanciones a la empresa responsable del derrame por daños al ecosistema del río.

“Habría que esperar los informes del personal de Medio Ambiente y los responsables de desechos peligrosos, por el vertido que se ha ocasionado”, explicó ayer Ávalos.

Además, se mostró preocupado por posibles afectaciones a la laguna El Jocotal, declarada sitio Ramsar, y a los animales que viven alrededor del lugar, así como los recursos que utilizan los habitantes para poder sobrevivir.

El pasado jueves, una pipa cargada con 8,000 galones de combustible volcó en el cantón El Carao, de San Miguel, calle hacia la playa El Cuco, dejando incomunicada la vía.