Fotografía: Tomada de Ministerio de Justicia y Seguridad


El Salvador mantiene la expectativa de bajar su tasa de asesinatos al cierre del 2017, pese a vivir un recrudecimiento de los homicidios, que en una semana ha cobrado la vida de más de 200 personas, dijo hoy el ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde.

"Si el año pasado redujimos la tasa de asesinatos por cada 100.000 habitantes de 103 a 81,7, este año esos resultados se van a ver superados", sostuvo en conferencia de prensa Ramírez Landaverde, quien a finales de mayo aseguró, que la tasa del 2017, cerraría en 60 por cada 100.000 habitantes.

Según cifras de la Policía, entre el 1 de enero y el 28 de septiembre fueron asesinadas un total de 2.814 personas, un 32,3 % menos a las 4.160 computadas en el mismo lapso del 2016, el segundo año más violento de la historia reciente del país.

"El comportamiento de los hechos de violencia y del homicidio es positiva y tenemos una clara tendencia este año a conseguir resultados mejores que los que tuvimos en 2016", acotó el funcionario.

El titular de Seguridad dio estas declaraciones al ser cuestionado sobre una ola de asesinatos que en los últimos 8 días ha dejado 217 víctimas, con lo que registra una media diaria de 28 homicidios, casi el triple de los que venía computando el país.

En estos días, el país, que es asediado por la Mara Salvatrucha (MS13) y el Barrio 18, también ha registrado sus dos jornadas más violentas en lo que va de 2017 con 40 homicidios el día 23 y 34 este miércoles.

Por su parte, el vicepresidente, Óscar Ortiz, señaló que las pandillas han elevado los asesinatos porque "están desesperados y quieren mandar un mensaje de que pueden ablandar, parar y retroceder las medidas que tenemos en marcha".

Este repunte también se suscita cuando el Ejecutivo ha intensificado los registros en la capital con un mayor despliegue de policías y soldados, y con la salida de vehículos blindados y artillados a las calles.

Las autoridades de Seguridad salvadoreñas acusan a la MS13, que Estados Unidos busca eliminar, el Barrio 18 y otras minoritarias de mantener los altos índices de violencia que sitúan al país como uno de los más violentos del mundo, con tasas de 103 y 81,7 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2015 y 2016, respectivamente.