En octubre del año 2012, Raúl Mijango, siendo el principal mediador de la tregua entre las pandillas, le propuso a los cabecillas que podían pasar de estructuras delictivas a empresas legalmente establecidas, y que el capital para funcionar lo podían obtener de la extorsión que estaban cobrando, pero que debía cambiarse la modalidad, ya no exigir el dinero en efectivo sino que productos alimenticios que la sociedad (víctima) distribuía.

Mijango también les dijo a los pandilleros que esta nueva modalidad les traería grandes beneficios porque ya no iban arriesgar a su gente en la calle, debido a que la investigación y procesamiento de los casos de extorsión por parte de las autoridades era muy efectivo.

El tercer beneficio que el mediador de la tregua les hizo ver las pandillas fue que al cobrar la extorsión en especies les significaba emplear a los familiares de los pandilleros ya que eran quienes iban a atender los establecimientos donde se vendería el producto que la víctima les entregaría en concepto de extorsión.

Fue así como se instalaron locales de ventas de cereales en los municipios de Soyapango y Mejicanos, entre otros, en esos negocios se ofrecía la mercadería producto de la extorsión; a la empresa afectada le exigían que les extendiera facturas siempre que se les entregaba el producto, pero en ellas se refleja que eran en concepto de “renta”, así lo informó ayer la Fiscalía.