La directora Nacional de Educación de Jóvenes y Adultos, Angélica Paniagua, explicó que el programa ofrece a la población, que abandonó la escuela o que no puede tomar clases durante la semana, la posibilidad de seguir estudiando; además, de que implica que el docente debe reforzar conocimientos y generar alternativas metodológicas como tutor.
“Los estudiantes reciben tutorías y no clases, o sea, que es la diferencia del proceso porque, tutoriar implica como generar la posibilidad a que el estudiante pueda, durante la semana, haber leído, haber desarrollado las actividades de aprendizaje que establece los módulos”, dijo Paniagua.
El programa cuenta con más de 486 sedes a nivel nacional, con 2,950 educadores,en 170 municipios del país; el año pasado, atendió a 43 mil estudiantes con un prepuesto de $3.8 millones. El programa nació en 2005 con la finalidad de garantizar el acceso a la educación a la población joven y adulta.