En al menos 20 reuniones efectuadas por cabecillas de la Mara Salvatrucha, entre el 20 de noviembre del año 2015 y 26 de febrero de 2016, se planificaron y se ordenaron 182 homicidios, y entre las víctimas figuraban agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), militares, “soplones o ventiladores” (personas que colaboran con las autoridades), testigos criteriados y hasta miembros de la misma pandilla.

Ayer, la Fiscalía General de la República, en el quinto día de audiencia contra 46 imputados detenidos en la “Operación Jaque”, expuso cada uno de los hechos y las respectivas pruebas consistentes en actas de levantamientos de cadáveres, autopsias y quienes ejecutaron los hechos.

Toda esa información ha sido obtenida mediante las escuchas telefónicas realizadas por el Centro de Intervención a las Telecomunicaciones, de la Fiscalía, en donde determinaron que la ejecución de cada uno de los homicidios no se realizó antojadizamente o de forma aleatoria.

Por el contrario, el Grupo 300, conformado por cinco unidades especializadas de fiscales, documentó que hubo toda una coordinación en la cual los ranfleros históricos, recluidos en los diversos penales y los cabecillas de La Federación, dieron lineamientos de cómo asesinar porque no querían que se cometieran errores.

Esa información fue obtenida por la Fiscalía cuando el 11 de noviembre del año 2015, a eso de la 1:10 de la tarde, en reunión de los representantes de La Federación, José Alonso Marroquín López, alias “Ave” y Juan Francisco Parada Morán, alias “Mongo”, se enlazaron vía telefónica con cinco ranfleros presos para recibir lineamientos.

Se les ordenó asesinar a integrantes de la Pandilla 18 y criteriados y que podían cometerlos sin autorización de la ranfla (cúpula de la pandilla), también les pidieron hacer pegadas organizadas (homicidios con autorización) en contra de los soplones, agentes de la Policía, soldados y miembros de la misma pandilla que violaran los códigos de la MS.

De los 20 “meeting” (reu-niones) solamente en dos, la MS ordenó asesinar a una persona, en los demás se planificó el asesinato de hasta 24 víctimas. El primero de los eventos grabados por el Centro de Intervención a las Telecomunicaciones fue el 20 de noviembre de 2015, los voceros de La Federación a eso de la 1:02 de la tarde se comunicaron vía telefónica con ranfleros recluidos en los penales de Izalco y Chalatenango para asesinar a seis víctimas, entre los que figuraban un pandillero rival, y una mujer que colaboraba con la policía.

Ese día, también se ordenó asesinar a los hermanos Nahúm y Edilberto, propietarios de buses; la propuesta la hizo el programa Normandis de Sonsonate y la razón fue porque posiblemente estaban financiando grupos de exterminio.

Después, la MS hizo otras 11 planificaciones, pero en la reunión número 13, realizada el 18 de diciembre de 2015, ordenaron asesinar a 19 personas; en ese momento era la mayor cantidad propuesta, el elevado número surgió, porque el “meeting” fue entre ranfleros, quienes vía telefónica se enlazaron a la 11:51 a.m., y 1:51 p.m., desde los penales de Ilobasco, Izalco, Ciudad Barrios y Chalatenango.

Los ranfleros acordaron asesinar a custodios de penales encargados de las requisas, asesinar a un jamaicano y un cantinero, en San Miguel, cinco “soplones”, tres vigilantes que obstaculizaron el accionar de la pandilla, así como motoristas y agentes policiales que residían en sus territorios.