En la festividad de los apóstoles Pedro y Pablo, el papa Francisco concelebró una misa con los cinco nuevos cardenales en la plaza San Pedro, en la Ciudad del Vaticano.

En su homilía, el papa centró su discurso en tres conceptos “esenciales para la vida del apóstol”, la confesión, la persecución y la oración, y lo hizo ante cardenales, arzobispos, obispos y curas, así como ante una delegación del Patriarcado ortodoxo Ecuménico de Constantinopla.

“Como San Pedro, también nosotros renovamos hoy nuestra opción de vida como discípulos y apóstoles (...), para ser apóstoles ‘suyos’ (de Jesús), no solo de palabra, sino con las obras y con nuestra vida”, animó el pontífice.

Y cuestionó: “Preguntémonos si somos cristianos de salón, de esos que comentan cómo van las cosas en la Iglesia y en el mundo, o si somos apóstoles en camino, que confiesan a Jesús con la vida porque lo llevan en el corazón”.

Francisco subrayó que quien “confiesa a Jesús sabe que no ha de dar solo opiniones, sino la vida; que no puede creer con tibieza, sino que está llamado a ‘arder’ por amor” y que “en la vida no puede conformarse con ‘vivir al día’ o acomodarse en el bienestar”.

Al finalizar la misa, el pontífice saludo a los nuevos purpurados; ayer, el cardenal convivió con salvadoreños en Italia, peregrinos y la delegación que lo acompaña. Al concluir, el arzobispado informó que el obispo auxiliar salvadoreño culminó su día ofreciendo una misa con la comunidad salvadoreña en la iglesia de Santa Lucía. Rosa Chávez regresará al país el próximo 4 de julio, donde la comunidad católica ya prepara su arribo.