Según el ministerio, el 100 % de reos del penal de San Francisco Gotera pertenecen a iglesias evangélicas. / Wilson Urbina


El penal de San Francisco Gotera, en Morazán, pasó a medidas ordinarias luego que en un tiempo fuera etiquetado por albergar a reos de alta peligrosidad.

Hace un año inició un proceso de readaptación de sus 1,600 reos pandilleros, y ayer fue anunciado que pasa a ser un penal de menor peligrosidad.

Esa calificación significa que se quitarán las “medidas extraordinarias” y se restablecen las visitas familiares, según lo anunció el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Mauricio Ramírez, luego que los internos firmaran un documento donde se comprometieron a incorporarse al programa Yo Cambio y mantener la tranquilidad del reclusorio.

Como se informó, las medidas extraordinarias, iniciadas en el año 2016, aplicaron al penal de San Francisco Gotera y otros seis penales más, habitados por pandilleros.

“Hoy 24 de agosto, este centro pasa a ser un centro ordinario, no bajo medidas extraordinarias, y se van a restablecer todos los derechos que establece la Ley Penitenciaria y el trabajo con el enfoque de derechos que nos han caracterizado”, anunció Ramírez.

Aseguró que no se están expresando por la mera voluntad de los privados de libertad, sino que han habido procesos de evaluación y habrá otros que verdaderamente dirán que la rehabilitación individualmente ha avanzado.

Aceptó que el reclusorio tiene serias limitantes de infraestructura y de espacios para el desarrollo de los componentes del Yo Cambio, en ese sentido dijo mejorarán las instalaciones con el apoyo de dependencias del Estado y de la sociedad civil.

Sin embargo, después de un año y medio, la población conformada por pandillas tiene la disposición de desvincularse de la estructura a la que han pertenecido; por ello, el penal pasa a ser ordinario y serán reestablecidos los derechos suspendidos durante las medidas extraordinarias.