Los pacientes que llegan al hospital nacional Zacamil “Dr. Juan José Fernández” deben esperar alrededor de un año para la programación de una cirugía electiva que, según médicos, es el tiempo que toma desde que acuden a su primera consulta.
El doctor Milton Brizuela explicó que las citas en áreas de especialidades como urología o endocrinología pueden tardar hasta seis u ocho meses para ser programadas, y áreas de atención como cirugía general puede variar entre cuatro o cinco meses.
“Cuatro meses, ese es el periodo de espera, si me refieren a alguien para operar de cualquier cosa en cuatro meses lo veo por primera vez, otros cuatro meses para ver los exámenes, la personas se tardan el promedio de un año para programar una cirugía electiva”, dijo el cirujano.
Explicó que la espera se da porque el hospital se encuentra saturado y fue diseñado para cubrir un área de afluencia de 400 mil habitantes; sin embargo, recibe el triple de pacientes, un millón y medio de habitantes, y trabaja como un centro de atención de tercer nivel, aunque nunca les incrementaron el presupuesto y tampoco el personal.
Por su parte, Rosario Reyes, miembro del Sindicato de trabajadores del hospital Zacamil, confirmó la situación que preocupa a los pacientes, porque en ocasiones, por necesidad, esperan a pesar de la “gran demanda de cupos”. Ante el incremento de población que asiste al nosocomio, los médicos tratan de referir a otros centros para evitar el congestionamiento.
Carencia de medicinas
“Algunos pacientes que pueden ser controlados en otros centros de salud, como los pacientes de hipertensión, el inconveniente es que regresan porque el medicamento que necesitan no lo encuentran en la unidad de salud y tampoco pueden comprarlo”, explicó Reyes.
Agregó que por la falta de medicamentos en la red de salud pública y por la atención especializada que requieren algunas enfermedades, es casi imposible descongestionar los hospitales.
“No han descentralizado nada, si funcionara no llegaran todos los pacientes al hospital, el problema es eso, que en el primer nivel de atención no se resuelve ningún problema y todos terminan llegando al hospital”, enfatizó Brizuela.
También dijo que una de las mayores dificultades está relacionada con las enfermedades crónicas, como hipertensión y diabetes, donde el paciente requiere una terapia continua, pero por la carencia de algunos medicamentos en almacenes y farmacias, los médicos se ven obligados a indicar un cambio en fármacos, que puede ocasionar complicaciones. “En el Zacamil se le da lo que hay, porque hay gente que no tiene capacidad de comprar una medicina, si el día que llega el medicamento con el que controla su enfermedad no existe, cosa que frecuentemente sucede, se le da otra alternativa, que debe pasar un proceso, cuando el medicamento no funciona o funciona parcialmente, quedan propensos a otras complicaciones”, dijo.