Los pasillos del Juzgado Primero de Vigilancia de San Salvador están llenos de expedientes. / Juan Carlos Vásquez


Colapsado. Así está el Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria de San Salvador, con una carga laboral superior a los otros 15 juzgados en esa materia. Bajo su responsabilidad están 5,125 reos condenados, que representan el 18.3 % del total de la población reclusa, además de los casos de imputados que son condenados bajo salidas alternas en diversos juzgados de la capital y su periferia.

Según información oficial obtenida, desde la creación de ese juzgado, el 30 de abril de 1998, se les recargó de expedientes y el recurso humano para procesar cada caso es reducido. Hasta el pasado martes de 18 de febrero, solo tenían asignados cuatro colaboradores, el resto de juzgados trabajan con ocho, pese a que la cantidad de expedientes es menor.

Desbordados y con pocas esperanzas de que algún día los casos asignados a cada colaborador se dejen de contar por miles, así se describe el ambiente en ese juzgado; no es para menos, esa carga de trabajo se refleja en los más de tres mil expedientes que tiene cada colaborador.

En esa sede judicial se han recibido expedientes de hasta 200 reos condenados, y cuando un caso les llega deben resolver una serie de diligencias, los reos y sus familiares presentan escritos a los que debe darse una respuesta fundamentada.

Los escritorios de los colaboradores también están ocupados por la cantidad de expedientes. / Juan Carlos Vásquez


Además, constantemente llegan requerimientos de todos los centros penales del país donde hay condenados bajo la vigilancia del juzgado, instituciones como el Ministerio de Salud y Medicina Legal también presentan escritos por resolverles. Esto además de las audiencias que hacen a diario.

“Este juzgado salió más cargado de trabajo porque desde la creación se tenía competencia en los diez juzgados de instrucción (hoy nueve), los 15 juzgados de paz, tres tribunales de sentencia, jurisdicción de San Marcos, Santiago Texacuangos, Panchimalco, San Marcos, los dos juzgados especializado de instrucción y los tres juzgados especializados de sentencia de San Salvador, es bastante grande y eso hizo que esto colapsara, porque nosotros prácticamente colapsamos”, dijo una fuente de ese juzgado.

Tras varias reformas y creación de más juzgados de vigilancia penitenciaria se determinó que todos iban a conocer por igual y la encargada de asignar los expedientes equitativamente es la Oficina Distribuidora de Procesos, pero la carga laboral quedó heredada.