Saludando a todos con una voz pausada y su caminar lento, entra todos los días a la sala de redacción. Por más de 30 años Diario El Mundo ha sido para Enrique García su lugar de trabajo y también su casa, ha visto pasar muchas generaciones de periodistas y ha sido testigo de hechos que marcaron la historia del país, para "Quique", la guerra fue uno de los más importantes y que le dejó lecciones de vida; por eso, dice, si tuviera la oportunidad, volvería repetirlo.

Asegura, que nunca tuvo miedo de morir en medio de la guerra, mientras daba cobertura a los problemas en los que estaba envuelto el país. “En esa época abundaban las masacres y las balas nos zumbaban los oídos”, recuerda.

Cuando tenía 25 años, inició como periodista gráfico (fotógrafo) en Diario El Mundo y luego, comenzó a escribir todos los hechos que observa del conflicto armado desde su escritorio en una máquina Olivetti. Fueron más de 12 años y él realizó su trabajo con toda la convicción que requiere un periodista desempeñar una labor considerada como “la más peligrosa del mundo”.



Para Quique “el gusanito del periodismo” fue lo que siempre lo impulsó a cumplir con su trabajo, aunque conseguir la información representara ir a los lugares donde el periodista no era bien recibido. “Cuando uno trabaja el periodismo por convicción no hay miedo, no hay tiempo y uno quiere tener la noticia de primera mano”, dijo mientras comenzaba a recordar detalles de “un conflicto inolvidable”.
Hacer prensa antes era motivo de respeto, ahora muchos manifiestan en el gremio, el temor que no se sentía, ni en esa época”
Enrique García
Periodista de Diario El Mundo

Comentó que en el tiempo de la guerra, al salir de su casa le pedía a su familia que rezaran por él, sabía que la jornada laboral era muy intensa, además de impredecible. La mayoría de coberturas se realizaban fuera de San Salvador, pero en cualquier lugar el periodista arriesgaba su vida.

Estuvo presente para el funeral de monseñor Romero desde la azotea de un edificio, donde observaba la concentración de personas reunidas en la plaza Gerardo Barrios, por donde iba a pasar el féretro del ahora beato, repentinamente desde abajo comenzaron a disparar hacia la azotea, las esquirlas de las balas les impactaban en la cara, pero él supo mantener la calma y salir del lugar.

Considera que en su profesión es clave mantener la tranquilidad y hacer las cosas por convicción. Actualmente, continua dando cobertura a los sucesos nacionales. Afirma que antes existían menos riesgos que hoy y la prensa era más respetada.

“A pesar de que antes había un conflicto armado no teníamos miedo, las partes en conflicto nos respetaban. Hoy es bien diferente, uno puede ser objeto de un atentado criminal”, dijo.
Para él, ser testigo de acontecimientos como estos es un privilegio y aunque el desafío ahora es mayor, después de tantos años en el gremio, conserva el entusiasmo por realizar su trabajo, uno de los motores que lo impulsan a diario.
Cuando uno trabaja el periodismo por convicción no hay miedo, no hay tiempo y uno quiere tener la noticia de primera mano”.
Enrique García
Periodista de Diario El Mundo