En febrero del 2014, el programa Normandie de la Mara Salvatrucha que aglutina las clicas de esa estructura, en la zona oriental, decidió crear una red de administradores de negocios en diferentes rubros, con el fin de lavar los $150 mil que mensualmente recolectan de extorsión en los departamentos de San Miguel, Usulután, Morazán y La Unión.

Casas comerciales, hoteles, peluquerías, autolotes, maquinarias de construcción, talleres de mecánica automotriz, compra de inmuebles, granjas de gallinas de engorde y hasta compra de ganado son parte de los negocios en los que la MS-13 incursionó para blanquear $7.2 millones, en los últimos cuatro años.

Desde las entrañas de la Mara Salvatrucha, el testigo criteriado “Lancelo” revela, con lujo de detalles, como la pandilla a la que ingresó el 13 de noviembre del 2009, diseñó sus proyectos criminales no solo para lavar el dinero de las extorsiones, sino también para generar ganancias para ellos y sus colaboradores, quienes aceptaron convertirse en administradores por conveniencia económica y sobrevivir en un territorio donde la MS-13 es la que tiene el control absoluto.

El criteriado menciona que cinco años después de ser “brincado”, el fundador del programa Normandie, Óscar Armando Rivera Vigil, alias “El Comando” lo ascendió a corredor (jefe) de la clica Normandie Locos Salvatruchos (NLS), quien directamente le ordenó que todo el dinero que ingresara mensualmente de las extorsiones y venta de droga lo tenía que invertir en negocios.

Así que comenzó a buscar personas civiles y parientes de “homeboys” (miembros de la pandilla) para instalar negocios y que ellos los administraran.

La idea era que las autoridades no rastrearan el dinero que la pandilla estaba obteniendo de las extorsiones y la mejor manera fue reclutar a personas particulares, para iniciar algunos negocios y otros que ya tenían desde hace varios años, a todos les inyectaron capital para agrandarlos.

 

Administradores

En la zona oriental, San Miguel es la ciudad que por excelencia mueve todo el comercio de la región y esa fue una de las razones por la que 10 administradores de la Mara Salvatrucha instalaron sus negocios, ahí.

Entre los administradores la Fiscalía General de la República señala en su requerimiento a Buenaventura Gómez Hernández, alias, “El Tomatero”, padrastro de Óscar Geovanni Santos Medrano, alias, “Vendaval de Normandie”; el comerciante de tomates al por mayor recibía, supuestamente, entre $50 mil a $100 mil a la semana para que comprara tomates en Guatemala y Honduras.

Una semana después, regresaba el dinero a la pandilla y a veces más, sin dejar su 30 % de porcentaje, también administraba una segunda venta de tomates de dos de sus hijos quienes, según “Lancelo”, también eran de la MS-13.

En la lista de administradores aparecen otras personas identificadas por el criteriado como: “don Sergio”, “Chepito”, “El City”, “Toño”, “El Coco”, “El Viejo”, “la cuñada del Chele Minero”, “René” y Ricardo Álvarez.

En el caso de este último, hicieron todo un plan para despistar a las autoridades; según “Lancelo”, Ricardo Álvarez tenía dos casas comerciales y la MS-13 lo extorsionaba con $2 mil mensuales, pero como tenía la misión de reclutar particulares para lavar el dinero de las extorsiones, lo buscó para decirle que le quitaban la extorsión si a cambio les permitía invertir dinero en sus negocios, propuesta que Álvarez admitió voluntariamente.

El primer paso se había dado, pero faltaba un punto clave: Álvarez, a petición de “Lancelo”, tenía que ir a la Policía Nacional Civil (PNC), a interponer una denuncia de extorsión para dejar registro que estaba siendo víctima de extorsión.

El plan se orquestó de tal manera que la policía capturó a algunos colaboradores de la MS-13 como los extorsionistas de las casas comerciales y así las autoridades no sospecharían que estos negocios eran de la pandilla.

El criteriado menciona que a Álvarez, en una primera ocasión le entregaron $25 mil y después le daban mensualmente de $10 mil a $25 mil; con el transcurso de los meses, esta persona abrió una tercera casa comercial, gracias al dinero de la extorsión.

 

 

“El Tomatero”

En el mercado municipal de San Miguel, Buenaventura Gómez Hernández, alias “El Tomatero”, tiene una venta de tomates al mayoreo y, según el testigo criteriado, desde el 2011 al 2015 semanalmente la Mara Salvatrucha le entregaba de $50 mil a $100 mil; posteriormente, les regresaba la misma cantidad y en ocasiones les daba un monto superior; además, adquirió terrenos con viviendas y establos con ganado lechero.

 

“Don Sergio”

En la lista de administradores de la pandilla, aparece un hombre a quien el testigo criteriado “Lancelo” conoce como “don Sergio”. Éste tenía un hotel y una hacienda en la playa El Espino, Usulután, a su nombre; pero los dos inmuebles son propiedad de la clica Normandie Locos Salvatruchos. En el caso de la hacienda, don Sergio la compró en $50 mil y en ella tenía 700 cabezas de ganado.

 

Ricardo Álvarez

En el centro de San Miguel, Ricardo Álvarez tenía dos comerciales en 2014 y pagaba $2 mil de extorsión, la pandilla le propuso quitarle la cuota a cambio de que les permitiera invertir el dinero en sus negocios. “Lancelo” dice que de forma voluntaria aceptó y le dieron $25 mil y después le entregaban, mensualmente, entre $10 mil a $25 mil; con el tiempo, Álvarez abrió otra comercial con el dinero que la MS le daba.

 

“Chepito”

“Lancelo” menciona que a él se le ocurrió invertir el dinero de la MS en una granja de gallinas ponedoras, en el cantón Mayucaquín, de San Miguel; al principio se invirtieron $3 mil, pero luego le inyectaron hasta $10 mil y buscó como administrador a un hombre que identifica solo como “Chepito”.

 

“El City”

En 2013, el propietario de un autolote en la carretera Ruta Militar, de San Miguel, identificado como “El City”, se acercó a un cabecilla de la MS para pedirle que le ayudara, pues lo estaban extorsionando con una gran cantidad, le respondieron que si permitía que la pandilla invirtiera en su negocio le retiraban la extorsión; “El City” accedió y la MS le entregó $250 mil, con lo que compraron 20 vehículos que salieron a su nombre, también les administraba un negocio de máquinas de construcción, camiones, tractores y pick-ups.

Toño, el coco y el viejo

En las colonias Las Brisas, San Francisco y San Morano, de la ciudad de San Miguel, la Mara Salvatrucha decidió invertir su dinero para lavarlo en talleres de mecánica automotriz que eran administrados por tres personas solo identificadas como El Coco y El Viejo y Toño; este último también administraba tres casas a la pandilla.

 

Cuñada del Chele Minero

En el centro de San Miguel hay tres peluquerías, de nombre “Peluquerías Centrales” y, según “Lancelo”, el propietario es el ranflero general de la MS de esa ciudad, de alias “El Chele Minero”, recluido en “Zacatraz”; pero los negocios son administrados por sus parientes, especialmente la cuñada.

 

René

En colonia La Confianza, del cantón Agua Zarca, San Miguel, un hombre identificado solo como René es el encargado de administrarle a la clica Normandie Locos Salvatruchos, entre 75 a 100 cabezas de ganado. Por ser amigo del pandillero alias, “Vendaval”, también le han dado dos vehículos.