En este nuevo caso denominado Tregua con Pandillas, el general Munguía Payés es el único capturado./ Diego García


Escuchas telefónicas y los testimonios de los criteriados “Noé” y “Salomón”, constituyen parte de la prueba que la Fiscalía General de la República comenzará a debatir desde hoy en el proceso penal en contra del expresidente Mauricio Funes y el exministro de Seguridad y Defensa, David Munguía Payés.

En las escuchas telefónicas se hace referencia de los dos exfuncionarios ya que son relacionados en hechos que se gestaron en el marco de la tregua con pandillas, no hay grabaciones donde se hayan captado conversaciones de ambos, pero sí se han presentado esas escuchas como una prueba indirecta.

Con respecto a los criteriados “Noé” y “Salomón”, quienes ocuparon altos rangos en las estructuras de la pandilla 18 y Mara Salvatrucha, han ratificado en este nuevo proceso por los delitos de agrupaciones ilícitas, actos arbitrarios e incumplimiento de deberes, que Mauricio Funes sabía perfectamente de todo lo que estaba ocurriendo con la denominada tregua y que David Munguía Payés, era el que se encargaba de velar porque todas las acciones ilegales se ejecutaran con el único fin de ganar una buena imagen del gobierno de turno y sacar ventaja política para el partido en el poder.

“Estos testigos nos dan la visión, primero de que todo esto no fue una política pública y segundo que no fue una negociación entre ellos como pandillas sin intervención del Gobierno o que ellos solo tuvieran intervención como intermediarios, sino que nos ratifican que ellos como núcleo de poder fueron buscados por estas autoridades para negociar de poder a poder, una negociación entre iguales prácticamente”, explicó ayer el fiscal Álvaro Rodríguez a Diario El Mundo.

El interés de ambos exfuncionarios era tener una imagen simbólica sobre la reducción de homicidios, dice la Fiscalía; sin embargo, ese pacto con pandillas generó fortaleza en ellas y terminaron involucrando a organismos internacionales, que reconocieron a las pandillas.

Rodríguez dice que además de las escuchas telefónicas y testimonios, hay prueba documental que da fe de los pagos que las pandillas recibieron por medio de proyectos como los municipios santuarios y hasta pagos en efectivo que se disfrazaban en concepto de combustible.

La fiscal Carolina Cabrera dice que tienen un caso muy fundamentado con un elenco de pruebas integradas en donde se deja claro la conducta delictiva de los dos imputados, en el caso de Mauricio Funes, como presidente de la República, señala que él tuvo pleno conocimiento de todos los hechos que se estaban dando de forma ilícita, entre ellos todos los beneficios penitenciarios que se estaban dando dentro de los centros penales.

 

Los criteriados más utilizados

“Noé” y “Salomón” son dos pandilleros de la MS y barrio 18 que han estado en la línea de mando de estas estructuras y que también se han convertido inquilinos frecuentes de las salas de audiencias. “Noé” apareció como testigo en la Operación Cuscatlán y los abogados defensores hasta se atrevieron a decir de forma extraoficial de quien se trataba. “Salomón” declaró contra Raúl Mijango en la extorsión que durante la tregua las pandillas hicieron a una arrocera y recientemente apareció como testigo en el proceso contra los políticos y cuyo caso está en el Juzgado Segundo de Instrucción de San Salvador. El abogado de Raúl Mijango pidió excluirlo de esta causa porque ya había declarado en el caso tregua con pandillas.