“Estar acá no nos afecta las ventas, pero a nosotros, los que vendemos cerca nos afecta tener cerca el basurero, pues ingerimos comida y pasamos vendiendo todo el día”, expresó Nora Sayes, una de las vendedoras.
Aseguró que el olor fuerte del basurero, los hace enfermarse. “A veces tendemos a enfermarnos del estómago e incluso debemos protegernos los pies, por cualquier infección, por lo sucio del suelo”. Extraoficialmente, los vendedores dicen que podrían ser removidos al nuevo mercado central.