El complejo entramado como está planteado el ejercicio del poder político en El Salvador, se debe en parte, por la combinación de diferentes intereses políticos que en el pasado eran contrapuestos y en la actualidad son aliados estratégicos, que en su conjunto se enfrentan a una nueva clase política asentada al interior del Estado en el órgano ejecutivo.

Que hemos tenido conocimiento de la representación del Comando Sur en el territorio salvadoreño, integrado por el almirante Craig Stephen Faller, quien entre otros conocimientos ha demostrado el marcado respeto a los Derechos Humanos y Valores Democráticos, quien vino acompañado por la ex embajadora de los Estados Unidos en la República de El Salvador Jean Manes, quien es sub jefe civil del Comando Sur y asesora de política exterior, que internacionalmente ha rendido declaraciones no favorables al Presidente Bukele, dicho suceso puede interpretarse como una revisión y trazo de líneas, puesto que El Salvador es “socio clave” de los Estados Unidos en el combate del crimen organizado, contrabando y narcotráfico, en el llamado Triángulo del Norte Centroamericano, el cual ha sido calificado como zona letal del mundo, ante periodistas.

En la reunión celebrada entre el Comando Sur y representantes del gobierno salvadoreño, asistieron además el Ministro de la Defensa Nacional, Merino Monroy y el Jefe del Estado Mayor y otros, con ausencia del Comandante General de las Fuerzas Armadas de El Salvador, el Presidente Nayib Bukele; por parte de la Embajada de los Estados Unidos, asistió el señor Embajador Johnson y asesores.

Los hechos indicados producen efectos políticos, y cuya interpretación y análisis, se puede intuir lo siguiente: 1) Que la visita es para revisar y confirmar el lineamiento del gobierno de El Salvador a la política de migración irregular y para reforzar la seguridad ciudadana, previo al cambio táctico presidencial de los Estados Unidos; 2) Golpe a la estructura del gobierno compuesto por elementos que están cuestionados por conductas irregulares; 3) Es necesario interpretar la no presencia del Comandante de las Fuerzas Armadas Salvadoreñas, en reunión que es eminentemente política, por los asuntos de interés nacional y que constitucionalmente son atribuciones y obligaciones del Presidente de la República, mantener ilesa la soberanía de la República y la integridad del territorio Art. 168 n° 2 Cn.

Es por ello, que es importante señalar, que en la República de Honduras que también aterrizaron los representantes del Comando Sur, en las reuniones celebradas, si estuvo presente el Presidente Hernández y miembros de su gabinete, de lo que surge la interrogante: ¿Cuál es la causa, la razón, y el motivo político por la inasistencia del Presidente Nayib Bukele?

Se puede contestar dicha interrogante así: 1) La inestabilidad del gobierno de Nayib Bukele, por violaciones a la Constitución de la República de forma expresa y notoria como los sucesos del 9 F, el incumplimiento de las sentencias de la Sala de lo Constitucional, no presentar examen y rendición de cuentas de manera legal de los fondos y valores líquidos en el manejo de la pandemia y otros, también en lo que respecta a negociaciones no aclaradas hasta el momento, asimismo violación a Derechos Humanos. A los Estados Unidos, como zona de influencia y hegemónica que es El Salvador, le conviene a su política exterior, la permanencia de gobiernos estables, que funcione el sistema democrático, cuyo sustento es el balance de los órganos fundamentales del Estado, también el pluralismo político; 4) Internacionalmente el gobierno de Bukele está calificado en forma negativa por el permanente pleito con los periodistas, lo cual es una amenaza a la libertad de pensamiento, libertad de prensa y de expresión; 5) Utilizar a las fuerzas Armadas de manera inconstitucional asignándoles tareas que no corresponden, violando el espíritu de los pactos políticos de 1992; 6) El gobierno utiliza el concepto de neo-golpismo, escudándose en la Fuerza Armada, para producir inestabilidad política y para ello ha mejorado salarios y otros beneficios y privilegios. Comandante, el poder político no es unívoco.