No hay día, excepto los domingos, sin que haya graves congestionamientos viales en casi todas las ciudades salvadoreñas. El Gran San Salvador, todas las cabeceras departamentales y aquellas ciudades sobrepobladas se han convertidos en verdaderos dolores de cabezas para conductores, peatones y en general para todos.

Encontrar una solución es muy difícil ya que se necesitan de estudios técnicos y de políticas de Estado y por supuesto colaboración ciudadana. En ese sentido creo que para 2022 uno de los principales retos de nación, a parte de los ya tradicionales, es buscar mecanismos o alternativas de solución que ayuden a apaciguar o aminorar este problema cotidiano producto de la modernidad, el crecimiento poblacional y urbanístico y el aumento desproporcional del parque vehicular.

Ya son casi 1.4 millones de vehículos en el país, la mayoría circulando a diario por las estrechas calles y avenidas del país. La gran industria de país se ha concentrado en La Libertad y San Salvador, haciendo de los municipios o pobladores periféricos en ciudades dormitorio. La gente se ve obligada a transitar todos los días hacia las “ciudades o zonas industrializadas”. Ese ir y venir se convierte en lógica consecuencia en congestionamientos cotidianos a toda hora. Ya desaparecieron las “horas pico” que antes estaban bien definidas. Ahora hay “trabazones” desde las 5:00 a. m. o antes hasta las 9:00 p.m. o más. Esos congestionamientos cotidianos se convierten en stress, en pérdidas económicas por el excesivo gasto de combustibles, en accidentes viales, en pérdida de la paciencia (a veces en intolerancia) y en pérdida de tiempo.

Un empleado que trabaja en alguna empresa establecida en Lourdes, Colón y que viaja desde Soyapango, se tarda hasta tres horas en ir y las mismas horas en regresar. Es decir un cuarto del día transportándose, con las consecuencias psíquicas y de convivencia familiar que eso genera. Lo mismo sucede en las ciudades de occidente, oriente y el resto del país. Obviamente toda hay municipios donde todavía es posible transitar con toda comodidad sin mayores congestionamiento, pero esto es en los municipios donde la modernidad y el crecimiento urbanístico está atrasado.

El problema de los congestionamientos viales se ha venido acumulando cuasi por consecuencia del “avance de los tiempos” y de la carencia de visión histórica. Nadie pensó en ciudades abarrotadas de vehículos determinada por la expansión demográfica y lo reducido de sus calles y avenidas. Somos un país sin suficientes estacionamientos y donde irónicamente muchas arterias han sido tomadas por comerciantes que las han convertido, con la venia de autoridades municipales, en mercados al aire libre, por ejemplo San Miguel, Santa Tecla, Mejicanos, Sonsonate, Zacatecoluca Soyapango, Santa Ana, y desde luego San Salvador, solo para mencionar algunas.

Por lo tanto, en 2022 las municipalidades de todo el país, el Viceministerio de Transporte y otras instancias competentes tienen como reto buscar alternativas viables debidamente analizadas y consultadas con todos los sectores. Deben ser alternativas técnicas sin criterios ideológicos.

Las alternativas pasa desde hacer estudios factibles hasta la construcción de obras viales que ayuden a descongestionar al país. Esas alternativas deben ser amplias, aplicables, permanentes y beneficiosos para todo. Se debe revisar la posibilidad de horarios escalonados que de verdad funcionen, pues que en algunas dependencias del Estado los empleados entren a trabajar a las 7:30 de la mañana y en otras ingresen media hora más tarde, ya se demostró que no es la solución por insuficiente. La empresa privada, los comerciantes, los concejos municipales, la educación media, el sector industrial azucarero, los transportistas privados y de los colectivos y la ciudadanía en general pueden aportar, porque siendo los afectados, serían los beneficiados.

Se debe regular el tráfico alrededor de los centros de estudio, los horarios de ingreso laboral en la empresa privada y el Estado, los horarios del flujo de los vehículos del sector agroindustrial, el sistema de recorrido y paradas de transporte colectivo, la aplicación de la Ley de Tránsito, en fin, se debe hacer y revisar todo lo concerniente al tráfico vial. Las alcaldías juegan un papel preponderante, deben regular las ventas en calles y avenidas, no permitir que nadie se tome las vías o que obstaculicen las mismas. Uno se quiere estacionar en determinados lugares y no puede porque sin ser zona de cocheras o de obstrucción, alguien ha colocado conos barriles o cualquier objeto, apoderándose de la vía pública. O comerciantes que se toman las aceras y obligan a los peatones a caminar sobre el área de rodaje vehicular.

En definitiva, para 2022 un reto de este gobierno, de estas municipalidades, de esta asamblea y de todos los sectores y de la ciudadanía en general, es buscar una solución viable al congestionamiento vial nacional.