En las últimas semanas se ha puesto de modas los delitos cometidos a través de medios informáticos, léase hurtos, estafas, suplantación de identidades (como en chivo wallet), robos y otros. A diario se conocen casos de personas a quienes a través de las redes sociales o internet los han estafado de diversas maneras y con demasiada facilidad.

En Soyapango una mujer contactó a través de una página web a una empresa que distribuía ropa deportiva casi a mitad de precio de su valor real, por lo que encargó sudaderas, calzonetas y otras prendas por un valor de 5 mil dólares. El pedido se lo iban a enviar 24 horas después de que ella hiciera el depósito en una cuenta de un banco establecido en Guatemala. Eso fue en julio pasado y hasta ahora no le han devuelto ni el dinero ni le han mandado la indumentaria. La bloquearon y ahora ya no puede ingresar a la página y no sabe a quién demandar.

Siempre en Soyapango, entre junio y septiembre pasado varias víctimas depositaron entre $180 y $750 dólares a una cuenta que les proporcionó una falsa empleada de una inexistente cooperativa financiera que ofrecía mediante una página web préstamos fáciles, con bajos intereses y sin fiadores ni garantías. Las personas pretendieron prestar entre mil y 10 mil dólares, con el único requisito de hacerdepósitos a nombre de determinada persona para costear lostrámites de papeleo. Cuando hacían los depósitos estaban obligados a hacer una fotografía del voucher y enviarlo a un número de WhatsApp. El dinero era retirado por el titular de la cuenta y de inmediato bloqueaban al depositante y eliminaban la página web para crear otra página y captar más víctimas.

Afortunadamente las investigaciones permitieron dar con los hampones, quienes operaban desde Tonacatepeque. Hasta ahora han logrado conciliar con sus víctimas devolviendo el dinero, pero es probable que los estafados sean muchos más, por lo que el proceso de investigación sigue abierto.

En San Salvador, San Miguel, Santa Ana, en fin, en todo El Salvador son cientos de víctimas las que han sido estafadas por personas inescrupulosas que se aprovechan de las necesidades de la gente y de la poca posibilidad que tienen para acceder a créditos fáciles y cómodos en el sistema financiera nacional.

Uno de los últimos casos más mediáticos ha sido el de los hermanos Carlos José. Gerardo Javier y José Ricardo Rivas Álvarez, quienes son prófugos de la justicia y desde hace años engañaron a cientos de salvadoreños, púes a través de las plataformas virtuales dieron a conocerla empresa Forex que se ofertaba como una inversora en la que muchos podían invertir para obtener altos dividendos. El requisito era invertir un mínimo de mil dólares. Hoy existen diferentes expedientes judiciales contra los hermanos que estafaron a sus víctimas con más de 10 millones de dólares.

Muchas personas aseguran que les llaman por teléfono personas inescrupulosas que les dicen que son encomenderos y que necesitan sus datos personales y que les hagan un depósito en una cuenta bancaria para llevarles la encomienda. O les dicen que un pariente en Estados Unidos les ha mandado una encomienda con un valor de 10 mil o más pero que no la pueden sacar del aeropuerto porque requieren dinero. Algunas víctimas han caído ingenuamente, otros han sido precavidos y cortan las llamadas, porque no tienen a nadie en Estados Unidos o necesitan verificar con sus parientes si eso es cierto.

Precisamente en La Unión ocurrió una inocentada. Una mujer recibió una llamada de una joven que le dijo que le traía una encomienda de Estados Unidos y que para llevársela desde San Miguel tenía que pagarle $300. La mujer hizo el depósito y en efecto ese mismo día le llegó a la casa el paquete que contenía un producto valorado en $10. La mujer se sintió estafada e interpuso la denuncia. La victimaria fue detenida y procesada, debiendo regresar el dinero.

La verdad es que los salvadoreños no tenemos que ser tan ingenuos. Nadie vende por internet una motocicleta en $50 ni una piedra lunar en $100. Hay que dudar de los negocios demasiados fáciles y acudir a las instancias correspondiente. En el caso de las supuestas instituciones financieras que ofrecen créditos bonancibles, pues hay que averiguar en la Superintendencia Financiera para saber si están legalmente establecidas o si simplemente son personas estafadoras.Nadie debe quedarse lamentando, si hemos sido víctima de delitos por medios informáticos hay que denunciar y hacer públicos los casos para combatir esta manera criminal y que la gente sea precavida. Muy precavida.