La pandemia que se sufre a nivel global ha golpeado fuertemente todo el orden social y ha alcanzado niveles sin precedentes en el ámbito deportivo, religioso, comercial y hasta el arte en todas sus manifestaciones. El museo de Louvre cerró sus puertas, así también los conciertos programados en la Ópera de París y la Ópera Estatal de Viena , la Scala de Milán; en España, Italia, Alemania y todo el mundo; cines , circos, teatros cerrados; recitales y conciertos cancelados. Músicos y cantantes han salido a sus balcones y tocan sus instrumentos y cantan para llevar ánimo y esperanza a los habitantes que se encuentran confinados en su casas. Otros optan por transmitir su arte por redes sociales.

En Alemania, la ministra de cultura Monika Grütters declaró que en vista de la multitud de cierres y cancelaciones de toda actividad artística, el gobierno alemán ayudará: “Soy consciente de que esta situación supone una gran carga para las industrias culturales y creativas, en particular para las instituciones más pequeñas e independientes. Puede poner a los artistas en una angustia considerable, en esta situación, sin embargo, reconocemos que la cultura no es un lujo y ahora estamos viendo cuánto nos falta si tenemos que prescindir de ella por un tiempo determinado”.

Ante esta situación el Gobierno Federal Alemán ha alentado al sector cultural a discutir las próximas medidas de ayuda.

Mientras tanto en nuestro país, el arte y la actividad cultural tendrá que esperar y está expuesta al desaliento, el cierre y la cancelación obligada de la actividad artística. Aquí es donde viene la tragedia humana para el artista, el músico, el cantante, actores, bailarines, bardos, payasos y pintores que al cerrarse su fuente de subsistencia que al desamparo, atado de manos y no poder hacer nada pues todo depende de su arte, esto en detrimento de su economía al no haber fuentes de ingreso no hay como sobrellevar el pago de los servicios de vivienda, electricidad, y hasta alimentación.

Recientemente hablaba con los colegas del colectivo Kuskatán; un grupo de artistas urbanos que llevan cultura al centro histórico de San Salvador y han visto afectada su actividad artística ya que al cerrarse plazas y parques no pueden trabajar y si agregamos que la Administración de la Alcaldía ha limitado su actividad y hasta los saca de las zonas peatonales por no contar con permisos se ve más afectada su subsistencia.

El gremio circense también se ha manifestado y declararon que la situación de cancelar los espectáculos se vuelve crítica ya que ellos dependen del ingreso de público a sus funciones. Ahora es cuando se necesita de ayuda para nuestro sector ya que en estas circunstancias el arte en es el más afectado pues no se cuenta con un salario, no se cuenta con seguridad social y mientras dura la cuarentena se ve en graves dificultades, por lo que se vuelve necesario replicar lo que ha hecho Alemania, buscar al menos una alternativa para llevar un alivio al artista que no cuenta con ninguna ayuda, sería de proponer el formar una comisión tanto artistas como Ministerio de Cultura y otras entidades privadas para mientras dure la cuarentena.

El gremio artístico también puede ser una buena opción para llevar alivio, entretenimiento y hasta salud mental a las personas albergadas. Por el momento se espera más apoyo, solidaridad y una acción de contingencia la cual estamos disponibles a poder conversarlas con las autoridades culturales.